Ya lo decía la madre de Bridget Jones, en el primer libro de la pequeña saga (¿puede llamarse «saga» si sólo hay 2 partes? Ahí queda la pregunta…). Se lo decía bien alto y claro a su querida hija: «los japoneses son una raza cruel».

Y una vez más, ayer por la tarde, quedó demostrado que sí, que ciertamente los japoneses son una raza cruel.

Me explicaré, porque ya veo a todos mis compañeros del foro Espacio Japón pegándose y peleándose para escribir un comentario de repulsa a tan agresivo artículo, ^_^.

Ayer, Luis y yo nos presentamos a la prueba de nivel de lengua japonesa que se hacía para acceder a segundo o tercer curso de la EOI-Madrid. El «pequeño examen» (según nuestro amigo Tenchi, ¡te vas a enterar, guapetón!), comenzaba a las 18:00h en punto. Hasta aquí, todo correcto, pero es que… ¡no salímos hasta las 21:00h! (por cierto, Tenchi, soy Luis, y yo no te llamaré «guapetón», pero desde luego te vas a enterar… ¡Vete preparando!)

Y diréis, «¿qué carajo (por no decir » qué coño», que esto lo lee mi madre… ¡ups! se me escapó, jejejeje), hicistéis tantas ahoras ahí metidos para una pequeña y sin importancia prueba de nivel?» . Pues os respondo sin dilaciones: contestar a páginas y más páginas de ejercicios tipo test (¡gracias a Dios que eran tipo test!), 2 ejercicios de audio, 2 redacciones y finalmente, la prueba oral. Sólo faltaba que nos hicieran cocinar okonomiyaki al estilo Hiroshima mientras aparentábamos hacerle una entrevista a uno de los componentes del grupo Smap, no te jode… (bueno, ya puestos a imaginar… me pillo a Shingo ^_^).

Por mi parte (soy Lau, ^_^), lo peor del examen fue la redacción. Los posibles temas no me inspiraban demasiado y además, estoy tan acostumbrada a utilizar el ordenador para escribir emails a mis amigos japoneses, que escribir a mano fue un auténtico suplicio. Eché de menos escribir la palabrita en hiragana y que me saliera un listado automático de posibles combinaciones de kanji. ¡Que no me acordaba de escribir ninguno! Reconocerlos, vale, reconozco bastantes, pero escribirlos de puño y letra… bueno, fue horroroso. ¿El resultado? Una redacción que bien podría ser de una niña japonesa de 5 años o así. Patético. Las demás pruebas, sin embargo, me salieron más o menos bien. Los ejercicios tipo test eran bastante facilongos (aunque había alguna pregunta jodidilla… ¡ups!) y mis dos grandes bazas (listening y prueba oral) me salieron perfectas (el listening a la primera y segurísima; la prueba oral fue un cachondeo, me tocó con una chica muy maja y venga a hacernos preguntas… ¡fueron las profes las que tuvieron que hacernos callar!). Así que crucemos los dedos y esperemos hasta el viernes, cuando sabré a qué nivel me han puesto (al máximo que puedo aspirar es a 3º) y si tengo plaza o no… ¡Suerte, suerte!

Por la otra parte (ahora soy Luis ^_^), la parte más teórica del examen, tanto la de segundo como la de tercero, no fue excesivamente complicada, pero en el listening, joooooer… El de segundo tirado, porque la verdad es que era bien facilito… Pero en el de tercero sufrí bastante más… Y justo cuando volvían a repetirlo y me estaba enterando más, las dos profesoras que estaban vigilando, van y se ponen a hablar entre ellas. Vale que estaba cuchicheando, pero es que yo estaba en primera fila, y las tenía al lado, así que no lo acabé de escuchar bien ni pude concentrarme del todo (ya sé, ya sé… suena e excusa mala, ¿verdad? jejeje).

La redacción, bueeeeno, si la de Laura fue de una niña de 5 años, la mía… bufffff… Es curioso la mala pasada que jugaron los nervios, porque conozco bastantes ideogramas (para el nivel que tengo, claro) y sin embargo, a la hora de hacer la redacción, no me acababan de salir casi ninguno, así que al final, quitando unos poquitos, acabé escribiéndolas en hiragana (silabarios fonéticos). De todas formas, en la primera había que escribir 6 líneas y en la segunda 10, y escribiendo a base de sílabas consigues llenar muuuuucho más espacio con una misma palabra, así que mucho mejor así ^____^

La parte oral, bueno, me tocó con una chavalín de madre japonesa y padre español que vive en Madrid, y que controlaba mogollón (pero como no puede pasar a más de tercero, pues a aguantarse…). Preparamos un pequeño diálogo, y no debió de salirnos tan mal cuando las profesoras ni nos interrumpieron ni nada, y no nos hicieron preguntas (les debió bastar con lo que dijimos). Así que cruzad todos los dedos, y a ver si hay suerte!!!!

Al salir del examen, nos fuímos con nuestro amigo Akebono (que también se presentó a la prueba) a comer un delicioso kebab en el local del famoso «señor kebabero» (Tom, no te pongas celoso… ¡ya te llevaremos a ti también, dont worry! ^_^), para celebrar que habíamos sobrevivido a tal tortura japonesa. :D Y como muestra un botón: en la foto siguiente podemos ver a Akebono poniéndose morado de kebab:

Está claro que cuando volvamos a ver o a leer El diario de Bridget Jones, le daremos toda la razón a la loca madre de Bridget, porque desde luego: «los japoneses son una raza cruel».

Saludines

Lau y Luis