Este fin de semana nos vamos a Igualada, a celebrar el cumpleaños de mi madre… Y para celebrarlo, y a aprovechando que es época de calçots, ¡vamos a disfrutar de una buena calçotada! Os lo explico un poquito, para que sepáis de que va (extraído en parte de aquí).

La calçotada es una comida típica de Valls, en el Alt Camp, aunque actualmente puede disfrutarse en toda Catalunya desde finales de enero hasta marzo/abril. Los calçots, una variedad de cebolletas especialmente cultivada para este propósito, se asan directamente sobre las brasas y se comen con la mano, aderezados con una salsa especial, la salvitxada, similar a la romesco. Mientras tanto, las brasas se aprovechan para asar carnes o embutidos para el segundo plato que normalmente consiste en carne a la brasa, butifarra amb mongetes (judías blancas), alcachofas y cebollas a la brasa, etc.

Cocidos en su punto, la capa exterior de los calçots se calcina, dejando el interior tierno y jugoso. Tradicionalmente se llevan a la mesa sobre una teja de barro, que ayuda a conservarlos calientes. El procedimiento de ingesta — arrancando la capa carbonizada con las manos — hace inevitable mancharse, por lo que es tradicional ponerse un babero. Las fechas típicas para degustar esta especie de cebolla dulce es durante los meses de febrero y marzo.

¿Tiene buena pinta, eh? ^_^ Ñam, ñam, ñam…

Ya os contaremos qué tal, jejejejejee… ¡qué ganas, qué ganas!

Lau