El jueves 15 de noviembre fue mi cumpleaños (cayeron 29 añitos) y como era un día de curro y el siguiente de mucho curro y estrés, Luis decidió organizar la celebración el sábado, así que el jueves básicamente dimos un paseo, comimos un delicioso kebab de nuestro kebabero favorito (sí, el de Moncloa) y Luis me dio el segundo regalo.
Ay, claro, no os he contado que el martes Luis ya me dio mi primer regalo…. ¡si es que el nene estaba tan emocionado que no pudo esperar y dijo que me haría el regalo en tres partes: uno el martes, otro el jueves y otro el sábado! ¡Pues genial! El martes fue toda una sorpresa, la verdad, pues me reagló un ipod nano de tercera generación… ¡toma ya! Directamente traído desde EEUU por Tom y Karen (¡gracias chicos!). Es más mooooonooooooo, mirad, miras:
El jueves me regaló dos libros con sus respectivos CDs, ¡para aprender portugués! Uno de gramática y vocabulario y otro de lecturas… ¡qué guay! Hace tiempo que decía que quería aprender portugués, así que ahora ya no tengo excusa…¡a estudiar toca! Me hizo muchísima ilusión, sinceramente, jejejejeje…
Y finalmente, el sábado, teníamos una cena romántica sorpresa. Yo no sabía dónde era ni nada, sólo sabía que era una sitio algo «pijo» y céntrico… así que después de ponerme guapa para la ocasión, a las 21:00h se descubrió la sorpresa: Luis había reservado mesa en el restaurante de Hotel Urban (único hotel 5 estrellas Grand Luxe de Madrid): el Europa Decó. ¡Qué maravilla! Os dejamos con una imagen de la entrada/vestíbulo del restaurante:
Y una imagen del restaurante:
Para empezar, la casa nos ofreció dos aperitivos: unos rollitos de sushi deliciosos y una mezcla de sabores a base de unos daditos de tomate, unas alubias pochas y unas setas, con una salsa especial. ¡Todo delicioso! Vistas las cartas (¡y qué cartas! Yo no sabía qué elegir, tenía todo una pinta impresionante!) empezamos el festín con unos entrantes: Luis escogió el tártar de toro (ventresca de atún rojo) con gelatina de aguamarina y yo pedí virutas de foie con reducción de Pedro Ximénez. Y vaya sorpresa cuando llegaron los platos, ¡eran enormeeeeeeeees! Pero enoooooormes de verdad, eh! De hecho, yo me comí la mitad, más o menos, de mi primero y ya estaba a tope… así que aquellos que pensabais que era un restaurante tan pijín que uno se quedaba con hambre, ya podéis cambiar de opinión, porque como dice un buen amigo nuestro, salimos «tupíos».
Detalle de la mesa:
Cuando conseguimos terminarnos los íncreiblemente grandes primeros, nos sirvieron los segundos: Luis se había pedido solomillo de wagyu en tataki con ensalada, mientras que yo me había pedido el pato azulón con pimienta de Jamaica y cuscus de pera. Y otra vez, ¡vaya platazos! Y qué delíiiiiiiiiiiiiiiiicia… estaba todo buenísimo. Fue interesante probar el buey de Kobe (ya sabéis, les dan cerveza para beber y les masajean para que la carne sea todavía más tiernecita) y deciros que el pato estaba deliciosiiiiiisimo (esa pimienta de Jamaica realmente le da un toque distinto) y que el cuscus fue toda una maravilla… estaba buenísimo, no me esperaba para nada ese sabor: tenía daditos de pera, unas pasitas muy pequeñitas y alguna cosa más que no supe adivinar, pero la mezcla era explosiva e increíblemente deliciosa. Todo ello lo regamos con un Reserva de Pago de Carraovejas (Ribera del Duero), buenísimo, que se nos fue subiendo a la cabecita, jejejeje.
Otro detalle:
De postre, Luis escogió unos raviolis con helado y crema de chocolate y yo, que estaba tope y no podía más, me decidí por algo más ligero, una macedonia de frutas con sorbete helado de champán y jugo de fruta de la pasión. ¿Y qué podemos decir? Pues que estaba todo buenísimo, de verdad, una maravilla. Además, por recomendación de la casa, Luis acompañó su postre con un moscatel blanco que estaba buenísimo también… :D
Fue una velada maravillosa, sinceramente. Y para darle un toque final, decidimos ir al bar del hotel, el llamado Glass Bar, a tomarnos una última copa, una coctelería donde el cristal es el gran protagonista:
Así que allí nos sentamos en los sofás, nos tomamos unas copas y charlamos un buen rato… a esperar a que unos amigos nuestros llegaran del partido España-Suecia. Y es que Mathias, al que vimos en Semana Santa en Gotemburgo, había venido a Madrid para ver el partido de su selección, así que habíamos quedado que nos veríamos después de cenar para tomar una copichuela. Sobre la una y pico, nos juntamos con Mathias y otro amigo, Raul, para tomarnos una última copa en Huertas… ¡qué guay fue verle de nuevo, esta vez en Madrid! Estuvimos charlando un buen rato, hasta que Mathias decidió irse al hostal a dormir, que hoy domingo tenía que levantarse bastante temprano para volver a Suecia… ¡muchas gracias Mathias, nos encantó verte!
Y esta fue nuestra noche cumpleañera. Comida de lujo en un ambiente muy especial con una maravillosa compañía… y fin de fiesta con un amigo que vive lejos, ¿qué más se puede pedir?
Besines,
Lau
———
We celebrated my 29th birthday going to the super-posh Hotel Urban’s restaurant called Europa Decó. The food was amazing, the staff incredibly helpful and the atmosphere very romantic… so it was lovely. We ate looooots, drank lots and ended up at Hotel Urban’s trendy Glass Bar for a drink. Afterwards, we met a Swedish friend, who was in Madrid to see the Spain vs. Sweden match and put an end to the night having a beer with him. It was a fantastic birthday night!
s quejar! pedazo de celebración tuvisteis ;)
enghorabuena!
No, no, Mauro, no me quejo para nada… fue una noche muy bonita, ^_^.
Besetes
Lau
Pago de Carraovejas, qué bueno!!! Es uno de mis vinos preferidos :-D y me choca haberlo leido por aquí. Se me ha abierto el hambre, siendo las horas que son, de una manera….
Conocí vuestro blog para informarme del viaje a Nueva York, y desde entonces no le suelto. Saludos,
Straja, qué alegría saber que conociste el blog y te gustó ;)
Y sobre el Pago de Carraovejas, un vino fantástico, verdad? (además, yo tengo cierta debilidad por los Ribera…)
Saludos!
Luis
Luis, pues si puedes prueba alguna vez el Valtravieso. Yo sigo siendo fan del Carraovejas, pero a este la gente también le pone muy bien por estas tierras.
Seguir así!!
Pues aunque un poco tarde,
FELICIDADESSSSSSSSSSSSSS!!!!!!!
Jo, a mi Toshi no me ha llevado nunca a un restaurante tan chulooooooooooooo!!!!
Asi me gusta, que disfruteis de la vida tan ricamente je je je.
Un beshote muuuuuu grande para los dos.
MUACK!!!!!
Cris
¡Gracias Cris!
Salir e ir a restaurantes distintos es una de nuestras aficiones, Cris, jejejejee… :D Fue una noche espectacular, ¡qué sitio! ¡qué comida! ¡qué ambiente!
Por cierto, espero poder hacerlo oficial mañana, pero… si todo va bien, ¡nos cambiamos de piso! Ya escribiré un post, jejejeje.
Besiñus,
Lau