Hola buenas!

Pues el segundo día de nuestro amigo Matthew transcurrió sin problemas, aunque la verdad, la paliza que nos dimos a andar fue tremenda. Dejamos, primero, que él fuera al Museo del Prado a culturizarse, y cuando fuimos a buscarle, tachán! resulta que era la contrarreloj final de la Vuelta a España!

¿Qué significa esto? Pues todo el Paseo del Prado y el de Recoletos cortado, claro. Y hacer malabarismos para intentar cruzar en algún punto (las dos primeras fotos, arriba, del Paseo de Recoletos cortado, antes de la carrera, y la segunda, de la Plaza de Cibeles al final, llenita de gente). Después de encontrarnos con Matthew, y tras tomarnos un cafetito (en el Starbucks, ¿dónde si no? :P), fuimos hacia el Retiro.

Cruzar era todavía peor, porque la meta estaba justo en la zona de la Cibeles, y por ahí queríamos pasar nosotros, para que Matthew pudiera ver esa zona de Madrid, así como la Puerta de Alcalá. Menos mal que la Vuelta terminó en esos momentos, y entonces todo el mundo se echó a la carretera para acercarse a los autobuses de los diferentes equipos a tratar de cazar algún autógrafo, mientras otros se fotografiaban junto a los coches que llevaban las pancartas con el nombre del corredor detrás del que habían ido en la contrarreloj.

Y el Retiro… bueno, ¿qué podemos decir salvo que a todo el mundo se le ocurrió la misma idea? Dios mío, parecía el metro… Estaba atestado de gente… Cosa curiosa, vimos un grupo de gente practicando capoeira (un arte marcial brasileño), al ritmo de música tocada y cantada por miembros de ese mismo grupo (foto a la izquierda, en la fila del medio)

Dimos un paseíto bastante típico por allí, viendo el monumento a Alfonso XII (en el medio, foto de la derecha), la estatua del Ángel Caído (la única que existe dedicada a Belcebú, abajo a la izquierda), y el Palacio de Cristal (abajo, a la derecha).

Como hacía caloricillo, al salir del parque intentamos apaciguar nuestra sed con una horchata, pero el sitio al que fuimos estaba tan lleno de gente (no en vano tiene mucha fama), que nos pusimos a andar, y a andar, y a andar… Al final decidimos coger un autobús que nos llevara al centro y tomar algo por allí :D

El lugar, la taberna Almendro 13 (vaya, esta vez se me olvidó hacerle una foto!). Un sitio de tradición andaluza, donde se puede degustar unas deliciosas roscas rellenas de chacinas y de otros manjares, así como unos huevos rotos estupendísimos (el pisto roto y el salmorejo también se salen). Regado todo ello con una botellita de Barbadillo fresquito, como tiene que ser.

Para acabar bien el día, cafetito, batido y cervecita de cereza (esta última para mí) en una terracita cercana y tranquila, y luego, a casita, que hoy es día de curro (para mí, que no para Matthew).

Estoy seguro de que se lo estará pasando bien por Madrid. No en vano tiene, en Laura y en mí, a dos guías estupendos! (y muy modestos, claro)

Besitos

Luis y Lau.