Sí, somos una pareja muy internacional… Hemos tenido amigas japonesas, mi prima inglesa, mis padres desde Polonia (¿les llaman polacos a los catalanes, no? Pues eso)… ¡y ahora nos tocaba vernos con un londinense de pura cepa: Matthew.
Conocí a Matthew durante mi año como estudiante extranjera en la Universidad de Estudios Extranjeros de Kioto. Gracias al email y a unas poquitas cartas conseguimos mantener el contacto después de que cada uno volviera a su país de origen y además cabe destacar que hemos tenido la suerte de habernos visto una vez al año mínimo… siempre en Londres, claro (es decir, siempre era yo la que iba a Londres… ^_^).
Bien, pues Matthew llegó ayer a Madrid, dispuesto a pasar unos días con nosotros. Nos lo llevamos a comer y después fuimos tranquilamente a casa, donde nos lo tomamos con calma, descansando un poquito. Por la tarde, tour turístico Lau-Luis (ya se está convirtiendo en el típico tour que hacemos por el Madrid más céntrico). Desde casa subimos por la Cuesta de la Vega hasta la Catedral y visitamos la cripta y la catedral en sí. Después, admiramos la puesta de sol entre la Catedral y el Palacio Real. Seguimos paseando por la Plaza de Oriente, llegamos al Teatro Real, seguimos por calles y callejuelas llenas de edificios maravillosos y llegamos a la Plaza Mayor, donde dimos una vuelta admirando el ambiente. Seguimos andando hasta la Puerta del Sol, vimos el Km 0 y el Oso y el Madroño y paseando paseando llegamos hasta Callao. Allí, pillamos Gran Vía hasta la Plaza de España. ¿Qué, os habéis perdido? ¡Espero que no! (Mis padres seguro que nos han seguido perfectamente, eh!). En las fotos que ponemos a continuación podéis ver a Matthew y a Laura en el Jardín Secreto, dos fotos de la puesta de sol, y al propio Matthew comprobando su correo en casa.
Desde la Plaza de España nos fuimos al Jardín Secreto (síiiii… otra vez… tamos enganchaos). No habíamos reservado mesa, así que no estábamos seguros de poder cenar ahí, pero queríamos intentarlo (queríamos mostarle el local a Matthew) y aunque tuvimos que esperar un poquito, finalmente nos sentamos y comimos. ¡Genial, como siempre! Después de cenar, unos cocktails en el mismo Jardín Secreto y mucha charlita de esto, aquello y lo otro.
Una tarde-noche muy agradable, desde luego.
Lau y Luis