El tió de Nadal es una tradición muy arraigada en Catalunya. Consiste en (básicamente) un tronco que representa al tió que llega a las casas el día 8 de diciembre y al que hay que tapar con una mantita (para que no pase frío) y dar de comer hasta el día 24 de diciembre, cuando la familia se junta para «hacer cagar el tió».
¿En qué consiste hacer cagar el tió? Pues básicamente en darle con un palo mientras se canta una canción. Lo sé, muy violento, no? Jajajaja, es lo que tienen las tradiciones, que son así. En fin, eso, se le da de palos al pobre tió mientras se canta la canción y cuando se termina, se levanta la manta que cubre al tió y ¡sorpresa! el tió ha cagado regalos. ¿Chulo, no? La verdad es que es bonito ver la cara de ilusión de los niños, que sinceramente, se lo creen todo porque anda que no es difícil creerse que ese tronco pueda cagar regalos (especialmente cuando a veces los regalos son más grandes que el tió, jajajaja). ¿Y cómo se hace para que los niños se lo crean? En mi caso recuerdo cuando llamaban a la puerta, abría y allí estaba el tió, en las escaleras (con mi padre bien escondido por ahí); recuerdo como le dejaba comida en un platito y a la mañana siguiente el platito estaba vacío (la comida había acabado probablemente en el estómago de mis padres, ^_^); recuerdo ir a rezar (que era la tradición, ahora puede cantarse una canción o lo que sea) antes de ir a hacer cagar el tió (para que a mis padres les diera tiempo a poner los regalos debajo de la manta que cubre el tió); recuerdo cantar la canción, darle palos al pobre tió, retirar la manta y encontrarme los regalos… ¡y la cara de ilusión de todo el mundo!
Son muy buenos recuerdos y como a mí me encantan las tradiciones y poder importarlas en casa y hacerlas mías pues este año también vamos a hacer cagar el tió aquí en casa, en Madrid. Aprovechando nuestra visita a Barcelona, pasamos por la Fira de Santa Llúcia y compramos un mini-tió para ir abriendo boca. Así que el papi y la tita de Minibicho ya pueden ir preparándose, porque les va a tocar hacer cagar. Y seguro que algo le cae a Minibicho, aunque él todavía no pueda darle de palos, jejejeje.
Besotes,
Lau
Ojalá esa tradición perdure eternamente.