Antes de tener a Eric teníamos muchos dudas, muchas cosas que nos preocupaban, que nos daban cierto respeto, etc… A mí, personalmente, una cosa que me preocupaba mucho era la falta de sueño. Lo sé, no es muy ‘importante’, que digamos, pero a mí me gusta mucho dormir y pensaba que la falta de sueño iba a poder conmigo y eso me preocupaba muchísimo, ^_^.

Casi un mes después del nacimiento de Eric he de decir que la falta de sueño duele, sí, pero se aguanta. No sé cómo aguanto, cómo resisto, jajajaja, ¡pero lo hago! Durante la semana, soy yo la que me encargo de las tomas nocturnas, porque yo estoy de baja y Luis en cambio trabaja (sería estúpido que pasáramos los dos sueño, no?). La teoría es que al estar yo en casa puedo dormir un poco más durante el día, pero quedaros con la palabra clave «teoría», porque en la práctica creo que puedo contar con los dedos de una mano los días que me he echado un ratejo a dormir durante el día… ¡es que hay mucho que hacer! ¡Y mucho que quiero hacer también!
En fin, Eric todavía pide comida cada tres horas y entre que preparo el bibe, se lo doy, le saco los gases, le cambio, me aseguro de que se duerme sin problemas, limpio el bibe y lo dejo todo preparado para la siguiente toma pasan unos 40 minutos (si el peque tiene una buena noche, si tiene gases o se encuentra mal, quién sabe…). Es decir, me quedan un poco más de dos horas para dormir hasta la siguiente toma. Y si tenemos en cuenta que a veces el peque comienza a quejarse y hacer ruidicillos un cuarto de hora antes de su toma, pues las dos horas se ven acortadas todavía más. Y así toda la noche, con lo que dormir, lo que se dice dormir, duermo poco, pero he aprendido que lo que duermo lo duermo más profundamente y supongo que me da más energía, no sé, porque aquí estoy… podría estar echándome una siesta al lado de Eric (que duerme en su cunita mientras toma el sol ahora mismo y está para comérselo!!!!), pero no, estoy dedicando este rato a dejar cosas suyas listas (limpiar ropita, ordenar compras, etc.) y hacer cosas mías (ordenar fotos, escribir en los blogs). Y es que cuando la gente me dice que duerma durante el día, yo siempre les contesto que no quiero pasarme el día durmiendo, porque si lo hiciera al final los días y las noches y los días y las noches y los días y las noches serían tan aburridos y repetitivos…
Noto en cansancio y noto el sueño, no os voy a engañar, pero de alguna manera sobrenatural, aguanto todos los días. No sé cómo lo hago, probablemente es una de estas cosas que «despiertan» cuando eres madre… como lo de despertarme a la mínima que Eric hace un ruidicito en su cuna…¡ y yo que era de dormir como un tronco y que ni una bomba podía despertarme! Cómo te cambia la maternidad, ¡en lo grande… y en lo pequeño!
Besos algo somnolientos (que con este solecito la hora de la siesta se hace dura de aguantar, ^_^),
Lau