¡Buenas y calurosas tardes! (aunque en nuestro piso se está fresquito, ^_^).

Habíamos pensado titular este post «Viendo Joseph and the Amazing Technicolor Dreamcoat mientras cocinamos una auténtica American Apple Pie«, pero luego hemos pensado que no sólo era un título demasiado laaaaaaaargo, sino que se quedaba corto (sí, sí!), ya que de hecho queríamos contaros unas cuantas cosas más. Total, que mejor un título más genérico y ahora os explicamos.

Bien, este mediodía hemos preparado para comer unas auténticas albóndigas suecas, ¡que estaban de vicio! Con su mermelada de arándanos, con su salsita, con esa carne tan suavecita por la leche y el pan… En fin, ¡una delicia! :)) Y ya que estábamos «cocinillas» hemos decidido preparar una auténtica tarta de manzana al estilo americano; es decir, dos capas de hojaldre con relleno de manzanas en una pasta de azúcares, huevo, limón y canela, básicamente. Mientras la tarta se hacía en el horno e inundaba la casa de un intenso olor (¡qué maravilla!), Lau ha estado viendo el musical de Tim Rice y Andrew Lloyd Webber, Joseph and the Amazing Technicolor Dreamcoat.

Este musical, que nació en 1967 (aunque por aquella época era una cantata de 20 minutos), llegó a los escenarios musicales en 1982 y narra la historia de José de Canaán con mucha energía, color, bailes… y hasta un Faraón que canta imitando a Elvis Prestley! :))))

Encontramos la historia de José de Canaán (hijo de Jacob y nieto de Isaac) en El Génesis, según el cual, José, envidiado por sus hermanos por ser el hijo preferido de José es vendido por estos como esclavo y trasladado a Egipto. En Egipto, José trabajará como mayordomo para Putifar, uno de los ministros del Faraón. Pero a José se le complican las cosas, ya que la mujer de Putifar se fija demasiado en él, de manera que el señor al final lo envía a la cárcel. Ahí, José se hace un nombre como “interpretador de sueños” y es gracias a esta habilidad por la que termina delante del mismísimo Faraón. Y es que el Faraón tiene dos sueños que le tienen preocupado: en el primero, sueña con siete vacas gordas que salen del Nilo, pero que son devoradas por siete vacas flacas que salen detrás (y que no engordan aún después de haber comido las otras vacas); en el segundo, sueña con siete buenas cosechas de trigo y sete malas. José interpreta los sueños: habría siete años de prosperidad seguidos de siete años de hambruna. Por ello, José recomendó al Faraón almacenar toda la comida posible durante los años de prosperidad para afrontar con seguridad los años más difíciles. El Faraón, muy contento con la interpretación de José, lo nombra virrey de Egipto. Los años pasan y la visión de José se cumple, aunque no afecta a Egipto, que estaba preparada. En Canáan, sin embargo, la hambruna hace estragos, de manera que los hermanos de José se marchan a Egipto en busca de comida. Al llegar, José los reconoce y aprovecha la ocasión para ponerles a prueba: condena a muerte al menor de ellos, Benjamín. Los demás hermanos, sin embargo, se niegan a que se lleve a cabo la condena y ruegan a José que tenga piedad. Es entonces cuando José se muestra a sus hermanos, que lo reconocen y se reconcilian (happy ending total, sips). Al final, José va en busca de su padre y de toda su familia y todos se establecen en Egipto.

En fin, un musical muy para todos los públicos, con muy buena música (a destacar la pieza «Any dream will do») y una puesta en escena llamativa y divertida, que sorprende y gusta. La versión en DVD cuenta con Donny Osmond en el papel de Joseph, Maria Friedman como la narradora, Richard Attenborough como Jacob y Joan Collins como Sra. Putifar. ¡Todo un lujo!

Un besiñu
Lau y Luis

p.d. Por cierto, que la tarta de manzana nos ha quedado buenísima, jejejejejee….