«Willkomen, bienvenue, welcome! Fremde, etranger, stranger. Gluklich zu sehen, je sui enchante, happy to se you… bleible, reste, stay…!»

«You have to understand the way I am, Mein Herr… A tiger is a tiger not a lamb, Mein Herr… You’ll never turn the vinegar to jam, Mein Herr…»

«Money makes the world go around, the world go around, the world go around…»

«What good is sitting alone in your room? Come hear the music play! Life is a Cabaret, old chum, come to the Cabaret!»

¿Quién no ha escuchado alguna de estas canciones alguna vez?

Pues Luis y yo las escuchamos anoche, en español, en el Nuevo Teatro Alcalá de Madrid. Sí, sí… ¡otro regalito de mi marido para mi santo! ^_^ No tuvo suficiente con organizar una cenita romántica y sorpresa en casa, no, sino que además compró entradas para ver el musical CABARET… y no en cualquier sitio, no… Nada más y nada menos que en la mesita dos de la fila dos, ¡justo delante del escenario!

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Para aquellos que no lo hayáis visto, el Nuevo Teatro Alcalá se remodeló especialmente para dar cabida a este musical: se quitaron las filas de butacas y en su lugar colocaron mesitas negras con sus cuatro sillas y sus lamparitas rojas, para crear un auténtico ambiente de cabaret berlinés de los años veinte (hay servicio de bar interior, así que puedes pedirte tu bebida y todo). Total, que nosotros estábamos en la fila dos (pero no teníamos ni una mesa justo delante, así que vimos perfectamente) y en la mesa dos, justo al lado de una de las escaleras de subida/bajada del escenario… ¡qué peligro! ^_^ No se ve muy bien (la foto está hecha con el móvil), pero aquí me tenéis, en pleno «patio de butacas», aunque ahora no tenga ‘butacas’, jejeje:

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A las 21h empiezan a salir los actores y músicos: se pasean por el escenario, nos hablan al público… todo en un ambiente como de «preparación» muy interesante, sin micros ni nada, como si el espectáculo no hubiese empezado todavía, como si estuvieran preparándose, afinando los instrumentos, etc. Y finalmente se apagan las luces y empieza la función de la mano de Emcee, el maestro de ceremonias, que nos cuela en el Kit Kat Klub, nos presenta a las «chicas», a los «chicos», a la «orquesta»… un personaje que nos acompañará durante toda la obra, nos contará todo, aparecerá y desaparecerá… Nosotros vimos la actuación del alternante Armando Pita, un nombre que nos sonaba muchísimo y que después recordamos: era también el alternante de Raúl en El Fantasma de la Opera. ¡Qué peazo de actor! ¡Fantástico! Aquí lo tenéis, con sus chicas:

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La historia empieza en un tren destino Berlín, donde un joven escritor estadounidense llamado Cliff Bradshaw (interpretado por Manuel Bandera) conoce a Ernst Ludwig (Manuel Rodríguez), un «berlinés amigable con aspecto de estar envuelto en negocios turbios». Cliff le ayuda a pasar la duana (sin ni siquiera saberlo) y por ello Herr Ludwig le ayuda a encontrar alojamiento en Berlín: la pensión de Fraulein Schneider (vimos a la alternante Teresa Guillamón), donde también vive un frutero judío llamado Herr Schultz (Emilio Alonso), que corteja a Fraulein Schneider, y una prostituta llamada Fraulein Kost (María Blanco). La historia gira entorno la pensión y el Kit Kat Klub, un sitio donde todo da igual y en el que cualquiera puede divertise. Es ahí donde Cliff conoce a Sally Bowles (Natalia Millán), una cantante inglesa, alcohólica y drogadicta que quiere autoconvencerse que es una cantante respetada y querida, aunque en realidad actua en un club cutre a cambio de sexo. De trasfondo, la sociedad alemana está cambiando, los Nazis están ganando terrero… es el momento en el que el mundo cambiará para siempre. Y no podemos contaros más, sólo decir que tiene un final brutal, que te deja con un nudo en la garganta, con ganas de llorar, con rabia, tristeza y una pizca de miedo, sabiendo como sabemos hoy en qué desenvocaría el nazismo.

Aquí tenéis una foto de los personajes Sally Bowles, Emcee y Cliff Bradshaw:

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Una producción estupenda, una puesta en escena increíble, momentos de espectáculo puro y duro, momentos teatrales muy bien interpretados, una historia de amor adulta gracias a Fraulein Schneider y Herr Schultz, escenas de la perversión sexual de esos años, tintes dramáticos cobre los judíos y el nazismo y el personaje de Emcee, que nos acompaña a lo largo de la historia, hacen de este musical uno de los mejores que ha visto Madrid.

Por cierto, que al empezar el segundo acto, Emcee cogió a dos personas del público, una chica primero y un chico después, para bailar y bromear con él un minutito encima del escenario… y, ¿a qué no sabéis a quién le tocó bailar? ¡A Luis! Emcee primero bailó con una chica sentada a la izquierda del escenario, pero cuando se fue a la parte derecha y empezó a bajar las escaleras, se veía venir lo peor… ¡y sí! Agarró a Luis al escenario y ale… ¡a bailar! Ahí va la pequeña conversación que tuvieron, de risa:

Emcee: ¿Con quien has venido?
Luis: Con mi mujer.
Emcee: Pues olvídate de ella. Eres muy alto y grande, ¿tienes algo de alemán dentro de ti?
Luis: No (tronchándose de risa, viéndolas venir)
Emcee: ¿Te gustaría tenerlo?
Luis: (Risas)
Emcee: Te lo puedes pensar, si quieres, y luego lo hablamos.
Luis: Vale, me lo pienso y luego te digo algo.

¿Os imagináis a Luis bailando con él?

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Jejejejeje… ¡Qué risas! Aunque tengo que decir que me hizo mucha ilusión y mucha gracia ver a mi marido encima del escenario… aunque fuera bailando con Emcee! :))))

Un besiñu
Lau