Yo (Lau al habla, ^_^) no soy conductora, aunque tengo el carné de conducir, así que realmente nunca me había quejado sobre las obras de la M30. Sí, ya lo sé, como no me afectaba no me quejaba… un poco egoísta, desde luego, pero qué queréis que os diga, soy sincera. Hasta ahora todo el proyecto de soterrar la M30 y hacer un pasillo verde paralelo al río me parecía una idea fantástica. Nosotros vivimos en esta zona y nos hacía ilusión un proyecto que dejaría precioso el barrio.

Pero supongo que habéis pillado el detalle: hablo en pasado. Aunque tengo que dejar claro que el proyecto en sí todavía me parece una maravilla… aunque para llegar al resultado haya que putear a medio Madrid y parte del extranjero, ^_^. Que, como decimos en catalán «per presumir s’ha de patir» (para presumir hay que sufrir), vale, pero hasta cierto punto, no?

Bueno, el problema es que yo no soy conductora (vuelvo al principio, que me enrollo como las persianas), sino que soy peatona (¿existe esta palabreja en femenino? Supongo, no? Es que, no sé, suena rara) y hasta ahora había podido moverme por mi barrio sin ningún problema.

Hasta hoy.

Hoy, a pesar del sueño, el cansancio, el calor y la tontería esta que se acomoda en nuestros cuerpos después de comer, había decidido ir al gimnasio. Cojo mis cosas, me armo de valor (por el calor, digo) y me dirijo a Virgen del Puerto. Iba tan metida en mis rollos mentales que ni me he dado cuenta de que casi no había tráfico rodado en Virgen del Puerto… creo que la salida de la M30 está ahora mismo cerrada. No sé si por las obras o por la tala indiscriminada de árboles que se ha llevado cabo hasta hoy por la mañana. Porque ayer ya empezaron, pero hoy los vecinos de Virgen del Puerto se han revolucionado y unido y desde las 7:45h de la mañana (yo salía a trabajar) que han ocupado, literalmente, la zona en la que todavía quedan árboles por talar. Ahí, con pintadas, carteles, y recogiendo firmas, los vecinos protestaban por una tala de árboles que nadie se explica actualmente (ya que las obras, al menos de momento, están detrás de unos edificios que no parecía que iban a tirar al suelo…). Bueno, total, que ha habido movida… tres furgos de la policia nacional y los pobres encargados de cortar árboles que creo que no han podido hacer nada (y digo «pobres» porque ellos no tienen la culpa de nada, hacen su trabajo y punto).

En fin, que sigo enrollándome, si es que soy de lo que no hay. Total, que iba yo andando por Virgen del Puerto hacia el puente que cruza el río Manzanares justo delante de mi casa y me deja justo a la altura del gimnasio (sí, muy práctico, ^_^) y cuando llego ahí, ale, sorpresita (aunque me la estaba temiendo desde hace semanas, la verdad): vallita en la entrada y cartelito diciendo que el puente está cerrado. Tócate los webs. Le pregunto a un obrero que está por ahí y me dice (con un español más que reducido) que no se sabe cuándo lo abrirán de nuevo. Genial.

Ahora tengo que hacer una vuelta impresionaaaaaaante para ir de casa al gimnasio, cuadno realmente están en línea recta -casi- cruzando el puente. Y eso me ha cabreado (¡y mucho!) qué queréis que os diga… Ya no sólo putean a los pobres y sufridos conductores de Madrid, que tienen que hacer casi mágia para recorrer la ciudad. Ahora también nos putean a los peatones. ¡Muchas gracias!

Y mira que aunque es del PP (y yo soy bastante anti-PP, lo reconozco), Gallardón me cae bien, el hombre… pero, grrrrrrrrr, hoy estoy cabreada. ^_^.

Ale, besiñus
Lau