La tarde-noche del sábado la pasamos en una de las suites del Hotel Bauzá: la suite azul.

Sí, gente, sí, habéis leído bien, ¡estuvimos en la suite! Vaya peazo habitación, la verdad… ¡enoooooooorme! Y qué terraza, ¡qué lujo! Ojalá tuviéramos una terraza así en nuestra casa… aunque bueno, con un balconcito también nos apañaríamos, snif, snif.

En fin, después de tomar algo en el hotel para comer (no mucho, que había que dejar el estómago vacío para la súper cena, ^_^) subimos a relajarnos un poquito en la suite, mientras esperábamos que fuese la hora de empezar a vestirnos y prepararnos para la ceremonia y el banquete.

Al entrar en la suite nos encontramos con el salón; ahí había un sofá y una mesita con cuatro regalitos: unas tostas, unos tarritos de paté, unos tarritos de mermelada de frambuesa, caramelitos y agua de Noruega en una botella súper pija. ¡La ostia! Todo con una tarjetita a nombre de “señores de Rodríguez” con la que Laura se pilló un rebote feminista, ^_^. Un poquito más allá estaba el escritorio, rústico, con un teclado de ordenador, revistas, etc… y una de las salidas a la ernorme terraza. Ahí tenéis una fotito:

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Y otra fotito de Lau, sentada en el sofá con los regalitos:

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Y otra fotito del extremo izquierdo de la terraza, que daba directamente a la calle Goya. Como veis, un lujo de terraza: con sus sillas, su maderita en el suelo, sus lucecitas, sus plantitas, un colchón también para sentarse… ¡y toldo automático, claro! J Ahí tenéis la foto:

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A la derecha, detrás de un muro de separación, encontramos la habitación propiamente dicha: una cama enorme y muy cómoda, un vestidor muy grande y espacioso, lleno de mil y un detalles, y el baño, de lujo: una ducha impresionantemente grande, bañera separada, dos pilas con sus espejos y, sobre todo, más detalles: bolsita de productos Bvlgari y otros productos del hotel… ¡qué guay! Para que os hagáis una idea, aquí tenéis otra foto, de la habitación (fijaos en el detalle del jarrón con los anthuriums verdes… ¡una maravilla!):

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Y una fotito más, esta vez Lau descansando (con el toldo bajado, que hacía mucho calor) en una de las tumbonas de la parte derecha de la terraza:

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Ya veis, todo un lujo… y la atención al detalle nos sorprendió. Como nos sorprendió encontrarnos una botella de cava al subir a la habitación después del banquete… ^_^ ¡Qué bueno estaba el cava! ¡Y qué bueno tiene que ser tener dinero para alojarse siempre en suites como estas! Jajajajajaja… en fin, qué se le va a hacer, al menos pasamos esa noche…J

Un besiñu
Lau y Luis