Ayer era mi último día de baja por maternidad… ¡y Eric no tiene ni 4 meses!

No, no estoy en la oficina todavía, porque he juntado la hora de lactancia en varios días seguidos y después voy a gastar 4 días de vacaciones que me quedaban del año pasado. Total, que me reincorporo el lunes 10 de mayo. Fecha temida. ¿Por qué? Porque será el primer día de Eric en la guardería y sinceramente, me da mucha cosilla, ¡es tan pequeño!

Creo que la baja por maternidad de 4 meses es increíblemente corta. ¿A los 4 meses ya tenemos que enviar al niño a la guardería? Y hablo de guarderías porque en mi caso no tenemos a nadie cercano que pueda cuidar de nuestro hijo, como les sucede a muchas familias en toda España. Sinceramente, creo que un niño de 4 meses es todavía un bebé, con necesidades especiales y concretas que dudo mucho que en la guardería puedan cubrir, sobre todo si tienen que cuidar a 7 más en el camino. Y no, no me entendáis mal, creo firmemente en las guarderías – los niños socializan con otros niños, aprenden a esperar su turno, a compartir juegos y juguetes, aprenden horarios y disciplina, etc. Pero un niño de 4 meses no está preparado todavía para todo eso. Un niño de 1 año sí, pero 4 meses? Y ésa es mi queja.

Todas las familias (y con esto me refiero a padres y madres, nunca a madres únicamente) deberían poder optar a una baja más larga, si quisieran, aunque hubiera reducción salarial como sucede en algunos países. Estamos a la cola de Europa en este sentido y es penoso. No hay dinero para las pensiones, tendremos que subir la edad de jubilación… ¡pues claro! La gente cada vez tarda más en tener hijos y tiene menos por una cuestión económica: los trabajos son precarios y los salarios están por los suelos. Y quizá sí, quizá nos hayamos acostumbrado a vivir «mejor», a querer vivir «mejor», ¿pero qué tiene eso de malo? ¿Nos tenemos que conformar en comer sopa todos los días porque no tenemos más dinero? Veo la situación en otros países y siempre digo lo mismo: «estamos haciendo el panoli». Los precios de la vivienda están por las nubes, los salarios por los suelos, las ayudas son inexistentes… ¿qué coño hacemos en España?

En fin, que me lío. Mucho tendría que cambiar este país para asemejarse a algunos compañeros europeos. Pero me temo que el tema no es sólo de ayudas, sino también de mentalidad… ¡y eso es tan difícil de cambiar! El 10 de mayo Eric tendrá 4 meses escasos y tendré que dejarlo con unos desconocidos y confiar en que lo van a cuidar y tratar bien. Y sé que lo harán, porque he ido a la guardería y demás, pero al fin y al cabo son desconocidos y yo les confío a mi hijo que todavía es un bebé. Y no, no estoy preparada para ello… pero tendré que estarlo.

Un beso,
Laura