Comenzamos el día algo perezosos, no os vamos a engañar, pero es que aunque intentamos tomárnoslo con más calma en este viaje, nos estamos dando unas buenas palizas a caminar, como siempre nos ocurre ^^. Así que este día toca tomárselo con algo más de calma de lo habitual y lo que hacemos por la mañana es acercarnos hasta los cines de Shinjuku, para ver los horarios de la película que quería ver Laura sí o sí en Japón: Genji Monogatari (sí, ver a Ikuta Toma de príncipe Genji era algo que quería hacer en este viaje sí o sí) y vamos de compras, porque queremos comprar algunas cosillas en Kinokuniya y en Tokyu Hands.
Una vez hechas las compras, tomamos en Shinjuku la línea Yamanote de la JR hasta Ebisu donde Luis quería comer en una hamburguesería muy conocida de la zona: Blacows… ¡y telita con la hamburguesa! He de decir que para mí es la mejor hamburguesa que he comido, se situó rauda y veloz en la primera posición de mi ranking de mejores hamburguesas. Ahí os lo dejo (aunque el experto en hamburguesas sea él, yo os digo l0 mío :D)
Después de comer, dimos una vuelta por Ebisu y cogimos de nuevo la JR hasta Kagurazaka, una zona de callejuelas estrechas, casas antiguas, comercios tradicionales y un toque ‘del pasado’, según la guía, que queríamos ver.
Y sí, justo enfrente del santuario Bishamonten, se esconden unas cuantas callejuelas estrechas y tradicionales que son chulas de ver.
Y no pudimos resistirnos. Entre las tiendas encontramos una de Pekochanyaki, unos bollitos con forma de niña (llamada Peko-chan), de la conocidísima cadena Fujiya y nos compramos algunos, calentitos y recién hechos:
Desde Kagurazaka, cogimos de nuevo la JR hasta la Estación de Tokio y desde allí fuimos dando un paseo hasta el barrio más piojoso de todos los barrios piojosos (es decir, pijos ^^) de Tokio: Ginza. Y dimos una bueeeeeena vuelta por Ginza, viendo todas las tiendas de marca y conocidas de la zona. Tiffany & Co, Bvlgari, Cartier, Gucci, Dior, Giorgio Armani…
¡Ah! Y nos compramos unos gofres en Manneken, sí, no pudimos evitarlo. Tanto pijerío pudo con nosotros y acabamos comprándonos un par de gofres en la pastelería más típica de Ginza, ^^.
Lo cierto es que hacía muchísimo frío y viento y de vez en cuando caía algo que no era ni nieve ni lluvia, pero bueno, disfrutamos del paseo…
Una vez recorrido toooooodo Ginza (o casi, ^^) decidimos coger la JR Sobu rapid de nuevo hasta Shinjuku y ahí cenar en un restaurante de shabu-shabu que habíamos visto, que ofrecía una opción de «ibéricos». Para Eric pedimos su plato del menú infantil… ¡se lo comió todo!
Y nosotros comenzamos pidiendo unas edamame y unas cervezas, para pasar luego al shabu-shabu de «ibéricos» :D
Si os digo que nos pusimos las botas, me quedo corta. Impresionante, de verdad. ¡Buenísimo! Y como detalle, comentados que en la gran mayoría de restaurantes que tienen menú infantil también tienen juguetitos o detalles para los niños… para que jueguen mientras comen. Eric cogió un set de coches, cómo no…
Y después de eso, subimos al hotel, nos dimos un baño, vimos un poco la tele y… ¡a dormir!
Como siempre, podéis ver más fotos en el flickr de Lau y el flickr de Luis.
Besos,
Lau