¡Comenzamos nuestro tercer día en Japón! Y lo dedicamos a… ¡Osaka! Y es que la tercera ciudad más grande de Japón también tiene mucho que disfrutar, y a veces se queda un poco oculta tras Tokio y Kioto.
Al levantarnos, y después de desayunar, fuimos hasta Tennoji a dar una vuelta en dirección hacia ShinSekai. Allí empezamos dando una vuelta por la zona de los Love Hotels, que siempre es divertida de ver: hoteles por horas que parecen el castillo de Osaka, algunos que parecen del año de la catapún, otros súper nuevos, con animales exóticos en las fachadas, con decoraciones extrañas, de todos los colores…
Después del paseo por los love hotels, entramos en el Horikoji Jinja, un pequeño santuario en medio de Tennoji en el que Laura había estado recibiendo clases de shamisen en 2003 y le hizo ilusión volver.
Y desde allí entramos, por la zona del cementerio, al templo Shi-Tennoji, uno de los más conocidos de Osaka.
El templo estaba a rebosar de japoneses, como cualquier templo o santuario de todo Japón durante las festividades de Año Nuevo… gente comprando incienso, gente comprando velas, gente rezando…
Y ya desde ahí fuimos andando, por encima del zoo, hasta la zona de ShinSekai (新世界), que literalmente significa «Nuevo Mundo»,y es una zona de Osaka que se construyó en 1912 utilizando como inspiración las ciudades de Nueva York y Paris pero que quedó semi-abandonada (especialmente después de la Segunda Guerra Mundial) y se convirtió en una zona pobre y de altos índices de delincuencia. Sin embargo, las cosas fueron cambiando y hoy en día es uno de los barrios más turísticos y animados de Osaka, aunque sigue teniendo ese toque medio cutre, que hace que cuando alguien te dice lo que significa ShinSekai lo mires con cara rara.
La zona de ShinSekai está repleta de bares, restaurantes, pachinko, puestos de takoyaki… es un sitio realmente chulo para pasear:
Y es muy conocida por su súper flamante torre Tsutenkaku («la torre que llega al cielo»), de 103 metros de altura.
Allí paramos a comer un gyudon (bol de arroz con ternera y cebolla) en un Yoshinoya, una cadena de comida rápida que nos gusta mucho. Eric se puso las botas, le encantó su gyudon.
Y ya desde allí, fuimos caminando tranquilamente por el barrio «electrónico» de Osaka, el DenDenTown. Está repleto de tiendas de electrónica, tiendas de manga y figuritas, tiendas erótico-festivas… es un sitio interesante por el que pasear.
Paseando, paseando, nos metimos por la calle dedicada a los comercios de hostelería que hay en Osaka. La pena fue que la gran mayoría de ellos estaban cerrados por las fiestas de Año Nuevo, pero para que os hagáis una idea, os dejamos una foto de uno que sí estaba abierto. Son comercios que venden al por mayor y al por menor todo tipo de artículos de hostelería como palillos, vajillas, planchas para takoyaki o yakisoba, farolillos de papel de todos los tamaños…
Y ya desde allí seguimos paseando por la famosísima calle cubierta de Sennichimae, llena de restaurantes, tiendas, bares, lugares de pachinko, puestos de takoyaki…
… para llegar a la zona más conocida de todo Osaka: Dotombori, donde hay miles y miles y miles de restaurantes y bares especializados en cualquier tipo de comida que os guste, pero especialmente en cangrejo, ramen, sushi, takoyaki, pez globo, como muestran las reproducciones a gran escala que cuelgan de las fachadas de los edificios, haciendo del paseo un espectáculo brutal.
El lugar más conocido de todo Dotombori es el puente que cruza el río, especialmente famoso para ligar entre los jóvenes osakenses y que tiene el neón más fotografiado de todo Japón, el Glicoman:
Desde allí, nos fuimos paseando hacia el barrio Amerika Mura (sí, paseamos mucho ese día, pero es que todas estas zonas de Osaka son muy «paseables»), que es donde encontrar tiendas de ropa y calzado inspirados en la moda de EEUU.
Volvimos por una de las avenidas principales de Osaka, la Midosuji hacia Namba (donde íbamos a coger un tren de vuelta al hotel) y desde allí vimos cómo avanzan las obras que se están haciendo en el río, en la zona de Dotombori, donde se ha construido un paseo paralelo al río chulísimo.
Los callejones perpendiculares a la avenida Midosuji son súper chulos, llenos de gente, carteles, muñecos en las fachadas, restaurantes, bares, sitios de ramen en los que la gente come de pie… muy «osakense» todo, la verdad.
Y ya nos fuimos a la habitación a descansar un rato, a jugar un rato y a meredenar :P
Porque luego teníamos cenita en casa de nuestros amigos Ai-chan y Shin-chan, ^_^, que nos prepararon una comida deliciosaaaaaaa… Ai, quiero la receta de las albóndigas de carne con arroz mochi alrededor, ¡estaban buenísimas!
Ay, es que nos trataron taaaaaaan bien! No solo cocinaron una cena increíble que disfrutamos todos (Eric se puso las botas), sino que a Eric se la sirvieron en una bandeja especial para él (que le encanta) y además jugaron muuuuuuucho con Eric y él se rió mucho con ellos…
Y a mí me dieron un recorte del periódico del día anterior, en el que había salido Arashi, jijijiji…
Luis se llevó el resto de la botella de The Premium Calpis sabor fresa que le pusieron a Eric para beber (si no sabéis a estas alturas que Luis es un loco del Calpis, algo hemos hecho mal :D)
¡Fue una gran noche! Muchíiiiiiiisimas gracias por invitarnos, chicos, lo pasamos genial. De verdad, muchas gracias!!!!!! Fue el final perfecto a un día genial en Osaka.
Tenéis todas las fotos del tercer día, aquí.
Besos,
Lau