Como ya os he contado, Eric pasó muchos días haciendo turismo por Japón sentado en mi espalda con nuestra querida manduca. Y desde luego no eran imaginaciones mías el pensar que tanto él como yo estuvimos muy cómodos con esta opción de porteo, no… ¡mirad la siguiente foto!
Ayer salimos a dar un paseo y cuando Eric ya estaba cansado de andar, ¡se quiso subir a mi espalda! Como si le llevara en la manduca, jajajajaja.
Me encanta.
Un beso,
Lau