Hola!

No, no tengo un exceso de seguridad acerca de mis dotes reposteras. Es que el postre en cuestión que he cocinado esta tarde se llama así (al menos eso dice el libro de recetas ^__^)

Y aprovechando que Laura se ha ido al gimnasio, y que yo sigo todavía medio lesionado, pues nada, he aprovechado para hacer este pudin, que sé que le encanta, y así le doy una sorpresa.

La base del pudin lleva pan rallado, azúcar, leche cochocolateada con chocolate negro disuelto, y dos yemas. Se mezcla todo, se mete al horno una media horita, a 180 grados, y luego se le pone una capa de mermelada (mejor de cerezas o de algún fruto rojo, pero de melocotón o albaricoque también vale, que es lo que he utilizado yo).

Posteriormente, con las dos claras, y con un poquito de azúcar lustre (sirve también el glaseado) se hace merengue, se extiende sobre el pudin (recordad que ya lleva la capa de mermelada) y se vuelve a meter al horno hasta que el merengue coja un buen colorcillo.

Aquí tenéis la fotito…

Image hosted by Photobucket.com

Pero realmente hay que reconocer que el sabor es mucho mejor que la apariencia, así que ahora mismo me dispongo a estrenarlo (no vaya a ser que esté malo y a Lau no le guste, jejejejejeje)

Y encima he limpiado toda la cocina, sin dejar rastro de mi paso por ahí. ¿Soy o no soy un buen marido, eh? ^_________________^

Saludos
Luis