El viernes pasado celebraban Halloween en la guardería de Eric y como todos los años invitaban a los peques a ir disfrazados. Un disfraz «de verdad» cuesta un ojo de la cara y sinceramente, Eric todavía no se entera mucho de Halloween, disfraces y demás, así que mi alma catalana decidió ahorrarse unos eurillos e intentar hacerle yo un disfraz de Drácula.

Así que compré tela negra y roja para hacer la capa, friselina y tintes negro y rojo y me puse manos a la obra. Primero teñí de rojo el chaleco que había tuneado para San Isidro y después de negro unos pantalones finos de verano que ya no íbamos a utilizar más. Y seguidamente me puse con la capa: la hice muy cutre así rectangular y luego corté el cuello en rojo, que fue lo más problemático… ¡y todo sin máquina de coser!

Drácula andando a lo Darth Vader por las calles de Madrid:

A Drácula también le gustan los coches, ¿lo sabíais?

En fin, que el disfraz era cutre cutrísimo, pero bueno, total para lo que lo llevó ^_^ Eso sí, guapo estaba un rato!

Besos,
Lau