Hoy sabíamos que iba a ser un día cansado, pero… ¡buf! ¡No pensamos que tanto! Ahora mismo me apetecería meterme en la cama a dormir y no son ni las 21h. Pero bueno, me obligaré a escribir este post e intentar poner alguna fotillo (si la wifi me deja), que luego me encanta releerlo y rever las fotos, ^_^.
¿Y por qué sabíamos que iba a ser un día cansado? Porque hoy habíamos decidido ir al National Mall, una parque de 400 pies de ancho y tres millas de largo, con el Capitolio a un extremo y el monumento a Lincoln en el otro y miles (bueno, miles no, pero decenas sí) de museos (casi todos totalmente gratis) y memoriales. Mucho banquito, mucha hierba, mucho caminito y mucho arbolito, pero la caminata no te la quita nadie y nos hemos cansado, mucho. Ahí va nuestro día.
Hemos empezado yendo en metro hasta la parada de Smithsonian, que está situada en el centro del National Mall. Hemos paseado por el jardín en recuerdo a Enid A. Haupt, que está situado justo detrás del «castillo» del Smithsonian.
Y justo después hemos entrado en el Smithsonian National Air and Space Museum (el museo nacional del aire y el espacio, vaya), una pasada de museo, totalmente gratis, en el que te puedes encontrar maravillas como el Spirit of Saint Louis, el módulo lunar, el primer avión de los hermanos Wright, un X-1 de la NASA, el Apollo y la Soyuz (que se juntaron en el espacio), aviones de la Primera y Segunda Guerra Mundial, así como mogollón de actividades de sobrevivir en el espacio, los planetas, primeros vuelos, etc… ¡Ah, y un cachito de luna! Sí, sí, hay un cachito de luna que puedes tocar, ale, superad eso ^_^. Cómo no, es uno de los preferidos de Luis, y aunque ya lo vimos hace cuatro años, no podíamos dejarlo pasar esta vez (pero todo ha sido por Eric, a ver si nos sale astronauta o algo así :D).
El módulo lunar:
Jugando:
El tercer hermano Wright:
Durmió mucho rato, pero se despertó justo para jugar con su Air Force One ^_^:
Eric tocando la luna. Literalmente.
Después hemos cruzado el National Mall para ir al Smithsonian National Museum of Natural History (museo nacional de historia natural) que nos hemos recorrido enterito también, viendo la sala de dinosaurios y primeros mamíferos, la sala dedicada al mar y a sus animales, la sala dedicada a los bichos (y que te saquen una especie de cucaracha enoooorme para que la acaricies es… es… es… repugnante, pero a los críos les encanta), la sala dedicada al origen del ser humano, la sala dedicada a los minerales y piedras preciosas… en fin, todo. Muy chulo y muy recomendable ir con niños, porque hay miles de actividades para ellos y pueden tocar y experimentar muchísimo (y no solo con bichos, ^_^).
Eric con cara de «papá, este bicho es mu grande y me da miedito» ^_^
Flipando con los pececitos de colores… no quería irse:
Aprendiendo:
Me hago el despistado y miro para otro lado, que este bicho es muuuuuuy grande:
Y ahora también, pedazo de elefante!
A pesar del calor y del cansancio que ya comenzaba a florecer después de 2 museos, hemos decidido ir paseando por el centro del National Mall hasta el Washington Monument, el obelisco símbolo de la ciudad. Pero hoy no tocaba subir (ya era muy tarde para eso), sólo tocaba verlo desde abajo y hacernos algunas fotos.
Seguidamente hemos ido hacia el Tidal Basin, que aunque sus cerezos no están en flor ahora mismo (sí los vimos a finales de marzo, en pleno Cherry Blossom Festival, cuando estuvimos hace cuatro años), sigue siendo un paseo precioso. Había muchísima gente en el agua con sus pedales disfrutando del maravilloso día. Pero nosotros nos lo hemos recorrido entero y de camino hemos visto muchas cosas, como por ejemplo, el Thomas Jefferson Memorial dedicado al tercer presidente del país y responsable, entre otras cosas, de la Declaración de Independencia.
Vista desde el Tidal Basin del memorial a Jefferson:
Muy quemada la foto (el memorial casi no se ve, ^_^), pero mis dos soles salen estupendamente:
El antiguo presi y el futuro presi:
Paseando por el Tidal Basin:
Después nos hemos encontrado con el Franklin Delano Roosevelt Memorial, un precioso memorial al presidente que más tiempo estuvo en el cargo. El memorial, dividido en 4 espacios, uno para cada era de gobierno, se compone de varias cascadas de agua, estatuas y frases talladas en la piedra.
A Eric le flipa el sonido del agua:
De camino a nuestra siguiente parada, hemos visto cómo van los trabajos de construcción de un nuevo memorial en la zona, el de Martin Luther King. Seguro que será bonito cuando esté listo, y lo cierto es que en una ciudad con tantos memoriales recordando tantas cosas, lo que hizo el Reverendo King merece ser recordado. Pero nosotros íbamos directos a uno de los extremos del National Mall, donde se encuentra otro memorial que pone los pelos de punta: el Korean War Veterans Memorial (memorial a los veteranos de la guerra de Corea), una representación de 19 soldados que te impacta por lo que dice, a pesar del silencio. Y aunque hiciera un sol de justicia, aunque fueran estatuas, casi parecía que podías ver la lluvia calándolos pese a sus chubasqueros militares.
Además de los soldados de hierro, el espacio muestra una pared con representaciones varias de esa guerra en concreto, la «olvidada» por muchos.
Y ya estábamos cerca de uno de los memoriales más grandiosos de la ciudad, el Lincoln Memorial, un monumento construido a la moda de los templos griegos en el que dentro podemos encontrar una majestuosa estatua de Lincoln, sentado y respetuoso. La grandiosidad de todo (las escaleras que te llevan arriba, el propio ‘templo’, la increíble representación de Lincoln, sentado) te deja con la boca abierta. Eric lo ha disfrutado mucho, miraba atento hacia arriba, hacia ese señor sentado en esa silla tan grande.
Desde fuera:
Vistas desde las escaleras:
En las escaleras, con Lincoln a nuestras espaldas:
Tres presidentes:
Seguidamente hemos ido al Vietnam Veterans Memorial (memorial de la guerra de Vietnam) que causó mucha controversia en su momento por su «simplicidad», pero lo cierto es que a mí me pone los pelos de punta: una serie de placas de granito negro en forma de «V» con el nombre de todos los muertos y veteranos de esa guerra. Y alrededor, varios libros plastificados con los nombres y la localización en la piedra, para ayudar a las familias a localizar el nombre de su familiar. Es fácil ver flores, cartas, fotos, etc que las familias dejan en el lugar más cercano al nombre de su ser querido y es precioso pensar que todo esto no se tira, sino que se recoge y se lleva al Museo Nacional de Historia Americana.
Cerquita, además, está una poderosa escultura de las mujeres que ayudaron en la guerra de Vietnam, las grandes olvidadas muchas veces. El memorial, Women in Vietnam Memorial, me gusta por lo que representa: un recuerdo a todas esas mujeres que trabajaron como enfermeras o en oficinas militares, etc y que también dieron su vida, de una u otra manera, en esa guerra (y en todas las guerras).
Y ya estábamos muertos, así que hemos decidido enfilar la calle 21 hasta llegar a la calle M y volver al hotel, darnos un bañito los tres juntos, bajar a cenar algo en el bar del hotel y subir rápidamente a dejar al peque en su cunita (se había quedado dormido en mis brazos) y a escribir este post.
Mañana más :)
Besos,
Lau (y Luis, que añade cosas y corrige, y Eric, que siempre está presente :D)
Pd. Por cierto, el título de este post es fácil. Eric llevaba hoy un body en el que ponía «Future Presient», porque será el próximo presidente de los EEUU (sí, cambiarán esa cosita llamada Constitución para que un extranjero pueda ser presi, ya que se darán cuenta de que no pueden vivir sin Eric, como nos pasa a nosotros! ^_^). El servicio secreto de «El Ala Oeste de la Casa Blanca» llamaba al presidente con el apodo secreto «eagle» (águila) y cuando éste se movía de un lado a otro, todos los agentes secretos iban diciendo «eagle’s moving» (el águila se mueve). Total, que nuestro presidente hoy se ha movido mucho… de ahí el título.