Viernes 19 de agosto

Comenzamos la mañana haciendo maletas y dejándolo todo listo para hacer el check-out después de desayunar. Para desayunar vamos al Starbucks donde Eric practicó qué es esto de beber con pajita (aunque le gusta más hacer la zambomba con los hielos y la pajita, jejejejeje):

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Después de desayunar y dar un paseo, hicimos el check-out y nos fuimos paseando por los Public Gardens

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…hasta el Boston Common. Allí, le dimos la comida a Eric, que se quedó frito después, y estuvimos un rato descansando todos hasta que decidimos ir nosotros también a comer al UBurger, ¡última hamburguesa del viaje! :D

Eric se despertó al rato y decidimos volver al Boston Common y echar un último vistazo al Frog Pond. Esta vez Eric sí quiso meterse…

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Las ranas del Frog Pond…

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… a las que Eric saludó personalmente:

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Y poco más. Volvimos al hotel a recoger nuestras maletas, cogimos el coche que habíamos reservado para que nos llevara al aeropuerto, pasamos facturación muy rápido (el control de equipajes no tanto, pero bueno, tampoco fue un estrés) e intentamos ir a la sala VIP. Nos dijeron que estaba cerrada todavía y que abrían en 5 minutos (WTF?) así que esperamos un rato y volvimos a ir. La sala era pequeñita, pero la gente de ahí fue súper amable con Eric. Tanto los camareros como la chef fueron súper simpáticos con Eric, jugaron con él, le dijeron mogollón de cosas… ¡y le dieron galletas!

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El vuelo fue bien. Eric se durmió al despegar y se despertó con el ruido del servicio de cena. Fue un poco agobio porque quería dormir pero ya no podía y se empezó a poner nervioso. Al final acabó durmiendo un par de horitas en la butaca de Luis mientras Luis y yo nos turnábamos entre butaca y suelo, ^_^. Fue cansado, no os voy a mentir, pero bueno, es el precio que hay que pagar si viajas con tu peque, así que ya se nos ha olvidado :D Llegamos puntualmente a las 7h de la mañana del sábado, pasamos control de pasaportes (¡había una cola impresionante!), cogimos el tren hasta la T4, recogimos nuestras maletas, fuimos a buscar nuestro coche y para casa. Al llegar a casa, pusimos una lavadora y nos quedamos híper-mega-fritos los tres en la cama grande todo el día… jajaajajajajaja.

Lo cierto es que han sido unas vacaciones espectaculares. Boston es una ciudad muy diferente a todas las que hemos estado y nos ha encantado y Cape Cod mereció muchísimo la pena. Hemos visto muchas cosas, comido muy bien y disfrutado muchísimo con Eric así que… ¿qué más se puede pedir? Pero bueno, esta reflexión mejor la dejo para otro post…

Ahora toca ir preparando las siguientes vacaciones, jejejejeje.

Besos,
Lau