Ayer viernes 2 de septiembre fuimos a la boda de dos buenos amigos nuestros, Javi y Marta.

A las siete y media llegó la novia y empezó la ceremonia religiosa en la Iglesia de San Miguel, Nunciatura Apostólica de España, muy cerquita de Puerta Cerrada, en el centro de Madrid. Los novios, muy guapos los dos: él, de chaqué; ella, con un vestido sobrio muy elegante, una cola bastante larga (¡uau! ^_^) y velo.

Una vez convertidos en marido y mujer, nos dirigimos a la Casa Verde, donde sería el convite. Llegamos a una hora decente, pero no empezamos a cenar hasta… ¡las once y media! Jajajaja… no sabemos muy bien qué pasó con el tiempo, jejejee. Bueno, primero disfrutamos de un cocktail entre los jardines y el salón (a destacar unas mini empanadillas de lacón con cebollino, ¡taban buenísimas! Y las mini albóndigas rellenas de queso azul también, ¡deliciosas!). Finalmente, y ya con los piececitos algo cansados, nos sentamos en la mesa a cenar. Ahí, además de nuestros amigos Josemi y Graci y Julio, conocimos a una pareja y una chica, todos amigos de la novia. Fue una mesa muy divertida y entretenida, ¡lo pasamos estupendamente!

Aquí nos tenéis, al salir de la ceremonia religiosa:
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El menú estaba delicioso, desde luego: de primero, ensalada de atún rojo y tomate aliñado con tapenade y sorbete semidulce de pimientos rojos; de segundo, solomillo de ibérico con foie-gras y cebollino acompañado de una compota de frutos de otoño; y de postres, una sopita de piña con plátano caramelizado y yogurt y sorbete de coco, y finalmente, una tarta de frutas caramelizadas y mousse de mango. Todo estaba muy bueno, desde luego (aunque a Lau la mousse de mango no le terminó de gustar), pero quizá tardaron demasiado en servir los platos y… ¡nos quedamos con un poquito de hambre! :))))))

Cuando casi eran las dos de la madrugada, nos levantamos de la mesa (¡por fin! qué dolor de espalda tenía Lau… y qué cansancio tenía Luis, tanto rato de pie le mató al pobre) y empezó el baile… Sí, sí, habéis leído bien… ¡casi a las 2 de la madrugada! Unos bailecitos, pasito pa’quí, pasito pa’llá (Luis y Julio, sobre todo, bailaron como cosacos!) y ale, cuando se encendieron las luces… ¡a casita a dormir!

Un besiñu a todos,
Lau y Luis