¡Buenas nocheeeeees!

Ahora mismo son las 23h y acabamos de volver de Ávila, donde hemos pasado un día muy agradable en compañía de nuestras dos amigas japonesas, Ai-chan y Fumi (ya conocidas por todos vosotros, verdad? Sí, porque son las dos chicas que nos acompañaron a Segovia hace unos meses! ^_^).

Pues bien, hemos llegado a Ávila un poquito antes del mediodía y ni cortos ni perezosos hemos ido a reservar mesa al restaurante «La Hostería de Bracamonte», uno de los restaurantes más conocidos de la ciudad (para gozo de nuestras amigas japonesas, ya que a todos ellos les encanta la buena comida! ^_^), para asegurarnos una buena comilona ahí un ratito más tarde. Una vez reservada la mesa, hemos ido a una de las entradas de la impresionante muralla de Ávila. Para Laura también era la primera vez que visitaba Ávila y la verdad es que ha quedado maravillada de la belleza y la grandiosidad de la murallita, ^_^. En fin, que hemos subido y hemos andaaaado y andaaaaado por todos los recovecos de la muralla, alucinando con las vistas y jugando de vez en cuando con la nieve (¡vaya guerras de bolas de nieve ha habido por ahí!), que cubría todo Ávila y sus alrededores. Gracias a todos los kamisamas, sin embargo, el día ha sido espléndido, con mucho sol y no tanto frío como era de esperar.

Después de pasear y pasear por encima de las murallas se nos ha hecho la hora de ir a comer a La Hostería (de hecho, Fumi y Ai-chan llevaban protestando un buen rato: «onaka ga suitaaaaaa» que literalmente significa «qué hambreeeee!» ^_^). Y allí nos hemos puesto las botas, como era de esperar. De entrantes, hemos compartido un delicioso hojaldre de morcilla (¡queremos la recetaaaaa!), una ensalada templada de caza (¡con una vinagreta alucinante!) y unas croquetas de la casa, muy suaves y buenas. Todo regado con un vinito de la casa (Ribera de Duero). ¡Deliciosoooooo! De segundos, nosotros hemos pedido el típico chuletón de Ávila (¡enooooorme! pero estaba buenísimo), mientras que las japonesas han pedido cordero asado (y lo que les ha costado terminarse la ración, porque anda que no era completa). De postres, un poquito de todo: las típicas yemas de Ávila, tarta de naranja con piñones, tarta de chocolate con frambuesas y fresas preparadas. Cafelitos y chupito de licorcito para bajar toda la comilona. Aaaaay, qué sueñecito nos ha entrado a todos… :). Ved a Ai-chan preparadita para zamparse el corderito…:

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Al salir del restaurante hemos decidido hacer la segunda parte de la visita a las murallas: habíamos visitado la parte derecha y ahora nos tocaba visitar la parte izquierda. Y ale, sube que sube hacia la muralla. Y allí hemos disfrutado, otra vez, de unas vistas maravillosas y de una fortificación espectacular. Al bajar, hemos recorrido la muralla por su lado izquierdo exterior, disfrutando de un fantástico paseito mientras el sol nos calentaba las mejillas. Eso sí, ha habido alguna que otra bola de nieve mal intencionada por ahí… :)

Y paseando, paseando y de tienda en tienda (Ai y Fumi necesitaban comprar cosas… y al final todos hemos acabado comprando unas yemas de Ávila en la Plaza del Mercado Chico) se nos ha hecho la hora de volver a Madrid, así que rapidito hacia la estación de autobuses y ale, en algo menos de dos horitas hemos llegado a la capital. Ai y Fumi nos habían traído algunos regalitos desde Japón, así que las hemos acompañado hasta el sitio donde pasan la noche (una especie de hostal privado, de y para japoneses, ¡fantástico!). Curiosamente en la estación de tren hemos coincidido con el presidente de la Asociación propietaria de dicho hostal, así que hemos ido todos juntos por ahí… y muy amablemente nos han permitido entrar con ellas (normalmente la entrada está restringida a socios y huéspedes)… ¡y la que se ha montado ahí! Os contamos, os contamos…

Bueno, al tenernos a nosotros ahí, el presidente y su acompañante, Ai y Fumi, nosotros dos, otro huesped (trabaja en Nissan) y la chica encargada de la pensión nos hemos reunido en el pequeño salón y ale, ahí han aparecido dos botellas de sake: el típico hecho de arroz y otro hecho de «imo» (batata). Además, el presidente, que había estado en León, ha querido compartir con nosotros una deliciosa cecina y unos snacks típicos japoneses: tiritas de queso con bacalao. Sí, suena raro, ¡pero estaba delicioso! En fin, entre tanta cháchara (en absoluto y puro japonés, claro, con lo que podéis imaginar lo «mucho» que Luis ha pillado de todas las conversaciones… ^_^) una de las mujeres ha dicho que el sake estaba demasiado suavecito, así que lo ha calentado y nos lo ha servido también caliente. Y ale, ¡a beber más! Os ponemos una fotito de Laura con todo el grupito… Fumi es la segunda por la izquierda, y Ai-chan la tercera… A Laura ya la conocéis, no??? jejejejeje

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En fin, la verdad es que ha sido muy divertido e interesante que nos dejaran compartir con ellos esas últimas horitas del sábado.

Y ahora nos tendríais que ver, en casita, con nuestros tabis modernos en los pies (tabi son calcetines con separación para el dedo gordo), regalo de Ai y Fumi, y comiendo unas galletitas típicas de Japón. Aaaaay, qué bien!

Besitos
Lau y Luis