Hoy ha sido un día de puro relax, aunque un poco de «turisteo» también ha habido al final… aunque nos ha costado lo nuestro salir de la habitación, jajajajajaa… ;) (y un poco más y ni salimos, porque se está de un bien en este hotel, que no apetece hacer nada más :D).
Nos hemos levantado tarde, muy tarde, aprovechando que aquí el desayuno está disponible hasta las 11:30h. Eso sí, nada más levantarnos (Laura antes, porque le dolía ya todo… ¡malditos calambres en las piernas!) nos hemos dado un bañito en nuestra piscina privada, ¡qué lujo! Levantarse y darse un bañito en la privacidad de tu terraza, buf… ¡no tiene precio! Y con las vistas de la playa Anse Intendance y las colinas circundantes llenas de vegetación, pues como que todavía mola más!
Aquí tenéis a Luis en la bañera de hidromasaje de la terraza:
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Después del baño, hemos llamado para que un buggy nos viniera a buscar y nos llevara al restaurante, donde nos hemos puesto las botas desayunando… tanto, que no hemos comido, pero no avancemos acontecimientos, ^_^. En el desayuno había de todo y cuando decimos «de todo» es exactamente eso, «de todo»: dulces, salados, carnes, ensaladas, panes… y encima puedes escoger un ‘plato a la carta’. Laura se ha decidido por las tostadas francesas (¡venían 3, madre mía!) mientras que Luis se ha pedido unos huevos Benedict que tenían una pinta impresionante… Total, hemos acabado súper llenos.
Obviamente no hemos hecho fotos del desayuno, pero os dejamos con alguna fotito del hotel:
Vistas desde la recepción:
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La recepción:
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La entrada, donde hay un árbol «Banyan» que da nombre al hotel:
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La entrada del hotel:
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El árbol Banyan, con la recepción al fondo:
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Hemos cogido un buggy de nuevo a la habitación y el plan era irse directamente a ver la capital, Victoria, que está justo al otro extremo de la isla pero… pero… pero… nos hemos liado. Que si bañito en la piscina privada, que si bañito en la bañera de hidromasaje de la terraza, que si siestecilla… Si es que ya lo dijimos cuando llegamos a este hotel, ¡de aquí no nos saca ni Dios! :D Y es que después de tanto relax, a quién le apetece ir a hacer el turista? :D Pero claro, estamos en Mahé, que es la isla más grande, es donde está la capital y también tiene algunas playas muy interesantes, así que no es plan de no ver nada fuera de nuestro hotel y nuestra playa, no?
En fin, sobre las 15:30h nos hemos decidido a coger un taxi e ir finalmente a Victoria, la capital de las Seychelles y la capital «más pequeña del mundo». Tan pequeña que los lugareños la llaman Vicky. Vale, esto es mentira y es uno de los chistes malos de Luis, pero podría ser verdad, oye! :DDD De hecho, según la guía sólo tiene un semáforo y sí, lo hemos comprobado y es verdad, ^_^. En 30 minutos hemos cruzado la isla y nos hemos plantado en Victoria, donde hemos visto lo ‘típico’: el «Tower clock» (una especie de réplica del Big Ben pero en muuuy pequeñito :D), el centro, el mercado (que olía a pescado podrido que daba asco según Laura… De hecho ha tenido que reprimir las ganas de vomitar en dos ocasiones y ha acabado huyendo de allí, jajajajaa… La realidad es que olía algo mal, pero no era para tanto :D), hemos entrado en un par de supermercados y comprado ron nacional takamaka y Tang de mango y de otro sabor raruno (con la de ilusión que nos ha hecho encontrar Tang, qué recuerdos de infancia nos trae!!!), nos hemos tomado un cóctel en el centro, hemos paseado hasta el puerto y nos hemos encontrado con un festival con puestos de comida y música en directo (y Luisete ha aprovechado para comprar una hamburguesa que costaba menos de 1,3€!!!!!).. ¡ha sido una buena tarde!
El Tower Clock:
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El único semáforo:
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El mercado:
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Luis comprando su hamburguesa en el mercadillo:
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Al rato, hemos cogido un taxi de vuelta al hotel (tras regatear un poco con el taxista, y es que en este país, aunque los taxis tienen taxímetro, nunca lo ponen, así que lo mejor es preguntar el precio hasta el destino, y cuando eres turista, y encima vas a un buen hotel, intentan subir el precio un montón), hemos dejado las compras en la habitación y buggy para el restaurante «internacional» donde hemos comido en la terraza, frente al mar. ¡Qué delicia! Eso sí, estamos a reventar, jejejejeje, que entre los cócteles, el amuse-bouche, los entrantes, principales y el postre… ¡buf! Casi que suerte que no habíamos comido, jejejejee.
Y poco más. Ahora estamos de vuelta en la habitación, pensando en darnos un bañito nocturno en nuestra piscina en la terraza… Eso sí, hoy no había ningún DVD interesante en la colección del hotel, con lo que tendremos que ver algo en la tele, pero sin problema, que tenemos suficientes cosas interesantes por aquí como para no aburrirnos :D ¡esto es vida!
Besotes,
L&L
pd. Tenéis más fotos en mi flickr, en un álbum provisional de las Seychelles. Dejo esta foto aquí, dedicada a mi padre, jejejejee, seguro que le hace gracia («les mamelles» en catalán significa «las tetas»):
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:)