Hoy la crónica va a ser cortita porque hoy sí que ha sido un día de relax total… ¡total! :)
Después de desayunar hemos bajado a la playa y allí hemos estado hasta las 15h. Sí señor, unas 5 horas de playita, ¿no está mal verdad?
Hemos jugado en la arena…
… chapoteado en el agua…
… jugado en la hamaca-cama…
… jugado un poco más en la arena…
… le hemos dado de comer a Eric (siempre con la cabecita protegida, que Luis de broma le decía que parecía un egipcio), Eric se ha echado una siesta encima de su papá, hemos comido unos tacos y hemos tomado el sol y la sombra, ^_^. Una mañana completita.
Al subir, nos hemos duchado para quitarnos la arena, le hemos dado la fruta a Eric (hemos tenido que abrir 4 potitos, los 3 primeros no le han gustado nada, glups) y hemos dormitado un poco por aquí hasta que a las 17:15h hemos cogido el bus S dirección norte de Miami Beach ya que habíamos hecho una reserva en el Shula’s Steakhouse.
Durante nuestras vacaciones de fin de año en Nueva York, hace ya algunos años, cenamos en Nochevieja en el Shula’s, pero teníamos ganas de probarlo fuera de un menú cerrado como fue en esa ocasión y sinceramente, no nos ha defraudado. Y es que las steakhouse buenas en Estados Unidos tienen carne de calidad prime, que es únicamente el 2% de toda la carne que se vende, y que generalmente se reserva a restaurantes (no suele poder comprarse si eres particular) pero en Shula’s la carne es aún mejor. Sólo un 1% de toda la carne que se vende podría tener este nivel de calidad. Yo me he pedido un filet mignon de 12 onzas (lo más pequeño que había) y Luis un porterhouse de 24 onzas. La idea de Luis era pedirse el porterhouse de 48oz (casi kilo y medio), que si lo terminas, ponen tu nombre en una lista y te dan una foto firmada por el coach Shula (el que montó esta cadena de restaurantes y que fuera entrenador de los Miami Dolphins cuando estos hicieron la única temporada perfecta que ha habido en la NFL, sin perder ni un sólo partido). De primero hemos compartido unas gambas enormes con beicon y una salsa barbacoa que estaban realmente espectaculares. Eric ha estado sentado en la trona con nosotros y no ha parado de comer pan… ¡le ha encantado! (Lo cierto es que el pan estaba buenísimo, era un sourdough hecho allí mismo). De postre hemos compartido un apple cobbler que estaba simplemente espectacular.
Al salir, hemos tenido que esperar 30 minutos a que apareciera un autobús (!) y corriendo hemos subido a la habitación a darle el bibe a Eric, que ya tenía hambre, y a ponerle a dormir. Ha tardado 1 minuto en quedarse dormido, esta cansadillo el pobre (que sólo había dormido poco más de una hora hoy!!!!).
Besotes,
Lay y Luis y Eric.