Esta mañana nos hemos levantado tempranito, hemos bajado a desayunar tempranito y hemos salido tempranito a coger al autobús S hacia Government Center en Downtown. Allí, hemos cogido el Metrorail (tren elevado) hacia Douglas Road, una de las paradas de la zona de Coral Gables.
La idea era ir andando hacia el Biltmore Hotel, el segundo edificio inspirado por la Giralda sevillana (el primero es la Freedom Tower del Dowtown, acordaos) pero nos ha resultado más complicado de lo que parecía sobre el mapa. ¿Por qué? No porque hubiera un campo de golf y alrededor todas las mansiones de los ricos y famosos de Coral Gables, no. Nos ha resultado muy complicado porque… ¡en muchas zonas no había aceras! Y claro, con el cochecito pues era todo un poco más complicado y estresante, pero lo cierto es que ha merecido la pena colarse por el barrio más exclusivo de Coral Gables y ver las casitas (¿debería decir mansiones?) de los vecinos.
Eric con cara de «cómo que no hay aceras?! A mí no me hagáis votar mucho, eh!», ^_^
El Biltmore Hotel y el campo de golf. A ver cómo llegamos:
Eric entretenido viendo las mansiones:
Yo quiero una de éstas:
Al final hemos llegado al Biltmore Hotel, que es enorme y realmente precioso. Y se parece más a La Giralda que la Freedom Tower, qué queréis que os diga, o eso me ha parecido. Allí, sentaditos en un banco a la sombra (que el sol pegaba fuerte hoy, 26 grados de máxima) le hemos dado la comida a Eric y hemos aprovechado para descansar nosotros también, que el camino hasta el Biltmore Hotel había sido duro!
Desde allí hemos visto la Coral Gables Congregational Church, una réplica de una iglesia en Puerto Rico que es realmente bonita desde fuera con una camino de palmeras señoriales y un jardín muy bien cuidado. Una arquitectura y una decoración que no tienen nada que ver con el resto de EEUU, qué típico de Miami.
Y desde allí hemos seguido caminando para ver la DeSoto Fountain que no es más que una fuentecilla que hace las veces de rotonda y para llegar a la Venetian Pool. La guía decía que era la piscina pública más bonita de todo EEUU y, quizá sea porque estaba vacía y en remodelación, pero me ha parecido. vieja y horrorosa. Sí, vieja y horrorosa. Tal vez diría otra cosa si hubiese estado llena de agua y llena de bañistas, no sé, pero todo se veía viejo, gastado, añejo. En fin, una pérdida de tiempo.
La fuentecilla. Y eso, una fuentecilla:
Detalle de la Venetian Pool:
Y entonces ha sido cuando hemos tenido la maravillosa y loca idea de ir andando hasta el barrio de al lado, Coconut Grove y de camino intentar parar en una steakhouse que tenía apuntada en la guía. Al llegar a la steakhouse (después de patearnos todo Coral Gables), malas noticias, estaba a tope y no tenían mesa. Just great. Así que hemos mirado el mapa y hemos decidido tirar pa’lante e irnos Coconut Grove. Con un par.
Árboles banyan enoooooormes:
Hemos cruzado calles y calles y calles y más calles. Y todavía más calles. Hemos visto cómo Coral Gables pasaba de tener mansiones, a tener casas chulas, a tener casitas, a tener casuchinas. Hemos visto cómo las mansiones y los ricos ostentan y cómo los más de clase media son mayoritariamente latinos y tienen rejas en las ventanas (algo raro en EEUU).
Casas chulas:
Decoraciones navideñas:
Hemos andando mucho, pero ha sido un paseo por los diferentes barrios muy chulo. Y cuando ya estábamos un poco hartos, por fin hemos llegado a la estación de metrorail de Coconut Grove. Era tarde y estábamos cansados, así que hemos parado en un Burger King para comer algo, ir al baño y descansar.
¡Llegamos!
Desde allí hemos bajado por la SW 27th street hasta llegar a Dinner Key Marina, un puerto lleno de veleros y yates bastante bonito.
Pero Coconut Grove no parecía tener mucho más aparte de un centro comercial, decía la guía, así que después de hacer una parada técnica en Peacock Park para cambiarle el pañal a Eric, hemos decidido acercarnos a CocoWalk, el centro comercial más fashion de todo Coconut Grove. Allí hemos ido parado en el Starbucks, le hemos dado la merienda a Eric y hemos aprovechado para descansar un poco (y para que Luis se comprara un termo grandote, o al menos más grandes que los que venden en España).
Al rato, de vuelta andando hacia la estación de metrorail de Coconut Grove, nos hemos bajado en Government Center y allí hemos cogido el autobús S al hotel.
Y aquí estamos, medio muertos, y sin ganas de volver a salir. De hecho, Eric ya duerme plácidamente en su cunita y nosotros pediremos servicio de habitaciones o algo… ¡que no nos podemos mover! Y ya podemos estar cansados ya, porque hemos andado… ¡14 kilómetros! ¿Estamos locos? Sips, eso parece.
Besos,
Lau y Luis (y Eric fritísimo)