No hay manera.

Busco, rebusco y vuelvo a buscar y nada.

NA-DA.

¿No os lo podéis creer, verdad?

Yo tampoco. Estaba dispuesta a quemar la visa (bueno, hasta cierto punto, ^_^), a innovar, a cambiar de estilo… (esto no sé si os lo creeréis, pero yo, Luis, no me lo acabo de tragar, eh? jejejejeje) pero nada de nada. Después de pasarme toda la tarde buscando unos zapaticos nuevecitos, el resultado daba mieeeeeeeedo: no me compré nada. Y mira que vimos zapatos (bueeeeeeno, para dar y regalar, básicamente), pero nada de nada.

¿Qué pasa con la moda zapatera actual? O bien te compras unos zapatos de punta con los que bien podrías matar a alguien, o bien te compras unos zapatitos redonditos y muy pequeñitos que te matan el pie (y más en mi caso, que tengo un peacho pie!) o bien te compras unos zapatos deportivos (que para ir a trabajar, con traje y demás, pues como que no me sirven…). ¡Qué complicado! Si yo sólo quiero unos zapatos cómodos (que no me maten los pies, vaya), monos (nada de horteradas que hay por ahí), con un poco de tacón (para ir con faldita, que ya se sabe, viste más) y con poca punta (no soporto esos zapatos que son tooooodo punta)… ¡si es que no pido naaaaaada! :DDDDD

(soy Luis) ¿Qué pasa con la moda zapatera? Bueno, es cierto que, así en general, es bastante horrible, pero también había cositas que en principio cuadraban con lo que Laura quería: puntera redondeada, un poquito de tacón pero no demasiado, que se pudiera usar para vestir y para salir de marcha, que fuera básicamente negro… ¿La respuesta de Laura? «Es que es muy soso»… Pero qué esperar, un zapato que se pueda utilizar para trabajar será, casi con total propabilidad, negro liso, sin dibujitos (había unos que tenían dibujados espermatozoides… jeeeeejejejejeje)

En fin, seguiré buscando…

Lau