Ayer hicimos de pijos.
Sí, sí. Luis se vistió de auténtico metrosexual-pijo y yo de auténtica pijita-que-quiere-aparentar-no-serlo (como las que clazan alpargatas, que ya me diréis, ¡una pija en alpargatas! Si me lo cuentan, no me lo creo) y nos fuimos de compras. De compras pijas, claro. Y como buenos pijos, sin importarnos cuánto costaba qué ni cómo íbamos a pagarlo.

vincon, publicada originalmente por luisete.
Pillamos el transporte público hasta una de las zonas más bonitas, caras y pijas de Madrid, el barrio de Salamanca (sí, habéis leído bien… ¡el transporte público! pero es que ahora está de moda entre los pijos, que no os enteráis, que es super-mega-cool!) y enseguida nos metimos en la tienda más fashion del vecindario: Vinçon. Después de dar unas vueltecillas (la verdad es que cuando tienes dinero y no te importa gastarlo, es un vicio esa tienda) compramos un wok y unos platos super-mega-fashion todos blanquitos y cuadraditos. También estuvimos dudando y dudando en comprar una lámapara muy cool, toda redonda y de cristal, para ponerla en el suelo (¿y jugar al fútbol? ^_^), pero al final decidimos dejarlo para otra ocasión.
Con nuestras bolsas de Vinçon, salimos otra vez a la calle y cerca de Serrano, despertamos. No éramos pijos auténticos, snif, snif… éramos aprendices de pijos, como si papá nos hubiese dado la visa y nos hubiese dicho: «podéis gastaros todo el límite de la tarjeta». Pues nosotros también, podíamos gastarnos todo el límite del vale Vinçon que tenemos desde hace meses… esa es la verdad. No somos pijos. Ni siquiera nos gastamos un duro en Vinçon. Teníamos un vale, un simple vale «pueblerino». Qué lástima. :D
Pero, ¿quién lo iba a saber? Nadie. Estábamos en la zona y con nuestros looks tan fashion y las bolsas de Vinçon (muy fashions, tb) dábamos el pego. Y Luis decidió «actuar» hasta el final, haciéndome parar en cada escaparate de Prada, Loewe, PdH, Gucci, Chanel, Carolina Herrera, etc., mientras yo intentaba no decir ningún taco ni mostrar sorpresa-terror ante los increíbles precios. Luis se lo estaba pasando en grande, de escaparate en escaparate, de tienda en tienda… creo que en otra vida fue un pijo de verdad y ahora se ve «atrapado» en ese cuerpo, en esa vida… pobrecito. Quizá por eso decidió, al final, no comprar la lámpara en Vinçon y dejar todavía una buena cantidad de dinero en el vale: quiere volver a vivir (o aparentar, al menos) la vida pija… ¡y yo también! Y con el vale, señores y señoras, ¡todo es posible! ^_^
Muackis!
Lau
¡Hola! He entrado en vuestro blog desde nipoweb^^. Está chulo, me ha hecho gracia esto de «livin’ la vida pija», hay qué ver lo que ponen de moda los metrosexuales, xD. Yo también tengo un blog, echadle un vistazo si os apetece: http:://angelalexiel.blogspot.com
Por lo menos vosotros tenéis un vale de Vinçon… ¡Yo ni eso! xD