Hace años, en un viaje a Nueva York, me compré una Canon Rebel XTi. Fue mi primera cámara reflex. Con ella (y con la ayuda del loco de la fotografía que tenia al lado ^^) comencé a aprender sobre aperturas, velocidades de obturación, compensaciones de la exposición y toda la pesca. Nunca se me dieron bien los aspectos «teóricos», la verdad, pero disfrutaba mucho saliendo a hacer fotos y dándome cuenta de que conseguía mejores resultados día a día. No sé si hice ‘grandes fotos’, pero sí comencé a hacer fotos que con otras cámaras compactas no hubiese podido hacer. Y con lo que me gusta a mí mirar y remirar fotos, pues, eso mola.

Cuando tenía controlada la cámara, más o menos, decidí que era el momento de invertir en un buen objetivo, ya que el pisapapeles que venía con el set de la cámara ya no me daba lo que yo necesitaba. Así, en un viaje a Chicago me compré un objetivo maravilloso (no me preguntéis cuál era, soy un desastre para estas cosas) y flipé con la calidad que me daba.

Hasta que un día, de vacaciones en las Seychelles, tuvimos un accidente de barco y la cámara, el objetivo y toda la parafernalia se fue al garete. Me recuerdo llorar mientras ponía la cámara boca abajo, una vez llegamos a la orilla (cosa que nos costó también, todo sea dicho), y ver cómo caían litros y litros de agua de su interior. Vale, quizás litros y litros no, pero yo lo recuerdo así, vale? :)))) Muy dramático todo. Eso me dolió. Ya no sólo por el aspecto económico (que también, que entre la cámara de Luis, sus objetivos, mi cámara, mi objetivo, la cámara pequeñita… había un buen pastón en remojo) sino por el golpe de moral. Era *mi* cámara con *mi* relativamente nuevo objetivo. La cámara con la que había aprendido sobre fotografía. La cámara que me daba la calidad que yo buscaba sin pesar demasiado. Mi cámara. Y me jodió un montón perderla ahogadita en esas preciosas aguas. Y mi pasión por la fotografía se ahogó también allí, lo reconozco.

En pocos meses iba a nacer Eric y necesitábamos una cámara, claro, así que nos decidimos por la Canon 7D, en un intento de tener algo que pudiéramos utilizar los dos. Fue un fracaso. Yo nunca me entendí con esa cámara y me pesaba demasiado para lo que yo quería. Total, me negué a utilizarla fuera de casa… y me quedé sin cámara ‘buena’ durante mucho tiempo. Demasiado tiempo. Hasta que nos fuimos a Japón y Luis me animó a comprarme una cámara y disfrutar así también de la fotografía allí. El tema era que con el cochecito no tenia muchas manos y con el bolso y las cosas de Eric o con Eric colgado en la mochila ya llevaba mucho peso, así que nos decidimos por una Sony NEX 5N. La cámara no es que saliera mal, no pesa y era relativamente pequeña, pero no conecté con ella (?) y eso se notó a la hora de hacer fotos. Tampoco es que me diera mucho, la verdad, porque hacía fotos y ya. No hacía FOTOS. No sé si me explico. Sí, estaba bien para hacer fotos de turismo y tal, pero tampoco se diferenciaba mucho de una compacta cualquiera, la verdad. Mi pasión por la fotografía seguía ahogada en las aguas de las Seychelles.

Hace poco me di cuenta de que lo echaba de menos. Echaba de menos mirar por el visor, sentir la cámara en tus manos, buscar la foto con la mirada, jugar con las opciones de la cámara para sacar la mejor foto posible… Quería volver a sentir esa pasión por la fotografía. Y tuve suerte. Como Luis estuvo en un blogtrip probando la OM-D E-M1 de Olympus (con varios objetivos), habló con la gente de Olympus para que me la dejaran y la pudiera tocar un poquito. Y me encantó. Y la sorpresa fue cuando Luis me la compró sin decirme nada (a mí me echaba para atrás el precio, no os voy a mentir), especialmente pensando en el viaje de la semana que viene.

Total, que tengo ganas locas de salir a la calle ya con mi Olympus (me niego a llamarla por ese nombre tan horroroso y tan difícil de recordar, tengo que ponerle un apodo o algo ^^) ya sea aquí o ya en Japón en una semana y afotar. Afotar y probar. Y afotar más. Me apetece un montón. Creo que mi pasión por la fotografía ha vuelto.

A ver qué tal sale :)

Besos,

Lau