Nuestro último día en Bilbao lo dedicamos al Guggenheim y como no abría hasta las 10h, nos lo tomamos con calma antes de entrar: desayunamos tranquilamente en la súper terraza del hotel (y Eric se comió su cruasán, un poco de ensaimada, un poco de no-sé-qué, un poco de no-sé-cuántos) y luego dimos un paseo por los alrededores del Guggenheim, para ver el Puppy (ya sin andamios, ¡bien!) y el edificio en sí…
Y a las 10h entramos al museo. Una de mis colecciones permanentes preferidas, la de Richard Serra, agobió un poquito a Eric (el efecto de las esculturas es brutal, así que es lógico), así que fuimos cambiando de aquí para allá sin rumbo fijo. Algunas cosillas le gustaron más que otras al enano y cuando quería andar (la mayor parte del tiempo) no entendía que ciertas cosas no se podían tocar, ciertas líneas no se podían cruzar, etc. Fue… una experiencia ^_^. La parte exterior le gustó mucho, pero claro, fue complicado mantenerle fuera del espacio de la obra de arte, jajajajajaa… y es que encima con esos colores, ¡como que le llamaba más la atención todavía!
Después del Guggenheim subimos al hotel a darle la comida a Eric, recogimos las cosas e hicimos el check-out. Dejamos todo en el coche y nos fuimos a Bitoque para tomar unos pintxos peeeeeeero… ¡estaba cerrado! Así que nos tomamos un pintxo en un bar cercano y acabamos comprando unos «triángulos» del Eme para la vuelta en coche. Así que a las 14h salíamos de Bilbao en dirección a Madrid. La vuelta fue más cómoda, sin lluvia y con poco tráfico (aunque más camiones) pero el tramo de obras se hizo eterno. La M30 de llegada iba colapsadilla pero a pesar de todo llegamos a casa sobre las 19h, perfecto para deshacer maletas, bañar al bicho, darle de cenar… justo lo que queríamos.
Ha sido una escapada estupenda y muy muy muy necesitada, nos ha ido bien desconectar un par de días. A ver si durante el fin de semana puedo poner el montón de fotos que he hecho ^_^
Besotes,
Lau