Veréis, esta mañana, cuando iba en el bus con el que cubro la última etapa de mi trayecto hasta el curro, se ha sentado a mi lado una chica…
Hasta ahí, todo normal… Lo divertido ha sido cuando del bolso (que menudo fardo llevaba, además) ha sacado un neceser y se ha empezado a retocar todo lo retocable mientras el autobús traqueteaba y se comía baches y más baches… Yo ya había visto cosas parecidas aquí, pero sólo en Japón había visto una sesión de retoque facial tan completa y compleja, y pensaba que eso aquí no pasaba, pero estaba equivocado…
La chati se ha hecho de todo, y lo peor es que cuando parecía que ya había acabado, no debía estar contenta del todo y como todavía no se tenía que bajar, se ha sacado un lapiz de labios y se ha vuelto a dar un toque a los labios…
Parecía que había acabado, entonces, pero qué va, ha sacado el rimel y hale, a darse bien de potingue para las pestañas. Luego, se ha puesto dos capas de maquillaje en los pómulos, y para rematar la faena, y justo en la zona en la que más botaba el autobús, se ha puesto a hacerse la raya de ojos!!!!!!!! (yo pensaba que acabábamos en urgencias, con un ojo en el lapiz o un lapiz en el ojo, según se mire jejejeje)
Y la muchacha ha terminado todo su ritual (porque era eso, un ritual), ni más ni menos que 100 metros antes de su parada. Sincronización perfecta…
Ya sé que cada día está más extendido entre las chicas esto de retocarse el maquillaje en el transporte público, pero a mí, sinceramente, me parece espantoso… ¿Qué cuesta dedicarle 5 minutos más en casa al tema? Es que hacerlo en el metro, en el autobús, es como si yo me fuera lavando los dientes ahí, y seguro que mucha gente me miraría raro… :DDDDDD
Un saludillo
Luis