Lost in Translation XIII – Yokohama

Miércoles 22 de agosto

Hoy toca pasar el día en la segunda ciudad más grande de Japón, Yokohama, y cenar en casa de una amiga catalana de la blogosfera, Cris y su marido japonés Toshi.

Cogemos una línea del cercanías tokiota desde Shinjuki y llegamos a Yokohama sin problemas, concretamente a la zona del Minato Mirai 21, un moderno complejo urbano que mira hacia el futuro en todos los sentidos. La salida del metro nos deja en un centro comercial inmenso llamado Queen’s Square Yokohama, desde donde disfrutamos de unas vistas maravillosas de la noria Cosmo Clock, que con sus 105 metros de diámetro es la más grande del mundo.

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Nuestro objetivo es la Landmark Tower, que no es sólo el edificio más alto de Japón, sino que cuenta con el ascensor más rápido del mundo (a 45km/h sube el jodido). Lo cierto es que la torre, desde abajo, impresiona… ¡y mucho! Por lo que, a pesar del precio abusivo de la entrada, decidimos subir al observatorio del piso 69 y de paso ver qué tal este ascensor tan rapidito. ¡Y vaya si es rapidito! Se nos tapan los oídos y todo, jejejee. Aquí una vista de la torre, desde abajo:

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Las vistas desde el observatorio son espectaculares, pues no sólo podemos disfrutar de todo Yokohama, sino también ver cómo ha cambiado en los últimos años la zona del Minato Mirai… ¡es alucinante!

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Después de las fotos pertinentes y del rato de rigor, bajamos de nuevo a tierra firme para dar un paseo por la zona, gracias a lo cual vemos el barco de vela Nippon Maru, atracado en la bahía.

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Lo cierto es que hace un día espléndido, lo que significa calor, muuuuucho calor y mucha humedad. Además, se nota que ésta es nuestra tercera semana en Japón: ¡estamos cansadísimos! Por lo que el paseo por la zona termina cuando vemos una parada de metro, jejejeje, y decidimos ir al famoso Museo del Ramen de Yokohama (Luis es un apasionado del ramen y no quería irse de Yokohama sin haber pasado por allí). Cuando llegamos por la zona, lo cierto es que nos cuesta un poco encontrarlo (sí, estamos un poco empanados y cansados, ^_^ aunque también ayuda la falta de indicaciones, y que la estación de Yokohama de JR está en obras y está todo manga por hombro), pero finalmente lo encontramos… ¡y para dentro!

El Shin-Yokohama Ramen Hakubutsukan es una especie de parque temático dedicado al ramen, que muestra la historia de la cocina y de las casas especializadas en servir ramen e incluye una réplica de un shitamachi (centro histórico) de 1958. Lo mejor de todo son los nueve locales regionales de ramen, donde se pueden probar platos estupendos y regionales. Es genial poder tomarse un ramen específico de, digamos, Kyushu, sin tener que ir expresamente a Kyushu a tomarlo.Mapa de los distintos tipos de ramen de Japón:

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Y Laura firmando la pared:

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La primera planta del museo es una tienda, donde uno puede adquirir todo tipo de productos relacionados con el ramen, además de haber un mapa de Japón explicativo con todos los tipos distintos de ramen. En la planta inferior se encuentra el shitamachi: es como meterse en una película antigua de Japón, como estar en el Japón antiguo.Vista del shitamachi:

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Quizá sea un poco horterilla, cierto, pero nos gusta, jejejejee, así que damos una buena vuelta, viendo todos los recovecos del falso centro histórico y analizando los distintos restaurantes de ramen. Al final, nos decidimos por un restaurante de ramen de Hakata (ya que no pudimos probarlo en su momento, al estar en la ciudad sólo para cambiar de shinkansen, pese a que era una de las opciones que barajábamos cuando volvíamos de Kagashima en dirección a Okayama, pasando por Hakata). Luis disfruta pillándose un ramen grandote (ya dijo que, en este viaje a Japón, iba a pedirse por primera vez el tamaño grande :P) y sigue las indicaciones del personal: coge un ajito y lo prensa directamente en la mesa para darle un sabor todavía más auténtico a este ramen, que sinceramente, está buenísimo, con un caldo de cerdo denso y muy rico. Mirad, mirad:

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Con la barriga llena de ramen, ^_^, decidimos ir a dar un paseo por Chinatown, el barrio chino de Yokohama, que parece ser es una de las principales atracciones turísticas de la ciudad, especialmente por sus restaurantes.

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Nosotros ya hemos comido (¡y muy bien!), así que básicamente damos una vuelta por sus calles y acabamos sentándonos a tomar algo y descansar.

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Decidimos que ya es hora de ir hacia casa de Cris y Toshi, que nos han invitado a cenar. Lo cierto es que no les conocemos en persona, pero leemos el blog de Cris y cuando finalmente nos encontramos en la estación de Gyumioji, es como si fuéramos amigos de toda la vida. Es curioso el mundo de la blogosfera, ¿no os parece? Lo curioso es que Cris, además, reconoce a Luis antes que a Laura, quizás por la estatura :D

Toshi está todavía en el trabajo y Cris está dedicada a una exquisita cena: ¡hay un montón de platos para comer! Tiene todo una pinta impresionante, esta chica es una joya. Nos sentamos, tomamos una cervecita fresquita y unas edamame y charlamos de nuestras vidas. Al rato llega Toshi del curro y charlamos un rato los cuatro en japonés y español, ¡es muy divertido! Aquí tenéis a Laura y Toshi:

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Y de la cena… qué os podemos contar, simplemente: ESPECTACULAR. Mirad qué pinta tenía la mesa:

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Y aquí con Cris, tocando un instrumento musical de Okinawa:

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Comimos increíblemente bien un montón de platos que había preparado Cris (a cuál más bueno) y nos reímos mucho y disfrutamos un montón. Fue una noche genial… y para terminar, Toshi y Cris nos llevan en coche hasta el hotel, con lo que disfrutamos de un paseo nocturno maravilloso en coche: ver tanta lucecita, esos edificios tan altos, esos puentes impresionantes, esas autopistas elevadas… es una maravilla. Pasada la medianoche, llegamos al hotel y nos despedimos de la pareja, dándoles las gracias por una cena y una velada preciosas.

Próximo capítulo: Barrios de Tokio – Asakusa, Odaiba y Akihabara.