¿Hay mejor manera de despertarse que con un buen desayuno servido en la cama adornado con una rosa acabada de comprar? No, ¿verdad? Pues no, no es la típica imagen de una película romántica americana o algo parecido…

No.

Esta mañana, mientras yo paseaba entre el sueño y la realidad, Luis ha salido sigilosamente a comprar el desayuno… pocos minutos después, me ha despertado con una bandeja con el desayuno y una rosa roja preciosa. ¡Ooooooooooooooooh! Me he emocionado y todo…

Me encantan esos pequeños detalles, ¡qué manera tan buena de despertarse!

Luis, aunque te lo haya dicho mil veces ya, ¡muchas gracias! :)))

Aaaaaay, se me ha caído la baba con mi maridito…

Lau