Hacer croquetas siempre se me ha dado muy mal. Bueno, mal no, fatal. Pero fatal-fatal-fatalísimo, eh? Hace poco hice unas cuantas de atún, las preferidas de Luis, para ir practicando (porque sabía que Eric empezaría a comer croquetas pronto). Busqué y busqué recetas y al final seguí una al pie de la letra con toda la ilusión del mundo.

Y, en fin, no salieron muy bien :(

Lo comenté por twitter y para animarme, @gotardo me dijo que seguro que me saldrían bien sólo cuando Eric pudiera disfrutarlas, que se me despertaría un gen o algo y que seguro que entonces me saldrían buena croquetas.

Y esta tarde me he animado a hacer esta receta de croquetas de jamón york de PequeRecetas para la cena de Eric de esta noche y me he acordado de @gotardo porque… ¡no han salido nada mal! De hecho, han salido bastante bien. ¡Sí! Todavía las puedo mejorar, pero voy por buen camino, jijijiji. Al menos eso parece, porque Eric se ha comido dos… ¡dos! Sí, sí, ¡dos! Y yo orgullosa, claro.

Croquetas
Croquetas

¡Se me activó el gen croqueril! Y eso me hace muy feliz.

Ya tengo ganas de seguir haciendo recetas de las que aparecen en PequeRecetas, ¡mola cocinar para toda la familia! :)

Besos,
Lau